El gobierno de México, reiteradamente se precia de su irrestricto respeto hacia los principios de no injerencia en los asuntos internos de los países, de la autodeterminación de los pueblos, así como de la protección y promoción de los derechos humanos .
Me cuestiono si en el actual mundo globalizado es pertinente que países mantengan absoluta indiferencia ante evidentes abusos y excesos perpetrados por sátrapas en el poder. Resguardados en la Doctrina Estrada, ¿es válido hacerse de la vista gorda cuando un tirano del calibre del dictador Daniel Ortega desmadra Nicaragua -en total, 25 años en varios periodos-, encarcelando a sus oponentes por traición a la patria o por “conspirar en un intento de golpe de Estado promovido por el imperio yanqui, hijo del demonio, de las cavernas, de la maldad?”. ¿Es justificable callar cuando el pueblo venezolano viene siendo atropellado por una “revolución bolivariana” -desde hace 23 años- que lo ha depauperado y despojado de sus elementales derechos humanos? ¿Es explicable el manifestarse por elecciones libres en Cuba, luego de 62 años de un régimen comunista carente de las libertades esenciales?
No obstante, sin querer queriendo, AMLO suele manejar peculiar injerencia en relaciones con otros países, ya sea criticando y/o asumiendo un rol activo. A Evo Morales el gobierno mexicano le envió un avión de la Fuerza Aérea para rescatarlo del golpe de Estado, ofreciéndole asilo en nuestras tierras, permitiéndole usar el territorio nacional como espacio de operaciones. AMLO envió al secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O a Perú para asistir al gobierno de Pedro Castillo en diseñar una política social para el combate a la pobreza: “El gobierno de Perú está pasando por una situación difícil”. AMLO: “No debe descartarse la sustitución de la OEA por un organismo plenamente autónomo, no lacayo de nadie, sino mediador, a petición y aceptación de las partes en conflicto”. AMLO: “Cuba es un ejemplo de resistencia y merece ser declarada patrimonio de la humanidad”, censurando a Estados Unidos por la acción medieval que significa el embargo inhumano y sanciones en contra de la isla. Con España la relación ha sido ríspida, por el perdón no solicitado del Rey por la Conquista de hace 500 años, por el abuso de Iberdrola y otras compañías ibéricas en México: “Si queremos tener buenas relaciones, pero no nos gusta que nos roben”. Finalmente AMLO decidió poner las relaciones entre ambos países “en pausa”. En lo particular yo comulgo con una política activa acorde al dinamismo de nuestro tiempo, únicamente que no podemos soplar y tragar pinole, no se vale intervenir defendiendo la “ no intervención ”.
AMLO realiza su cuarta gira de trabajo al extranjero, esta vez a Centroamérica y el Caribe, abordando con sus homólogos temas de migración cooperación para el desarrollo e integración económica. La visita a Cuba y el discurso presidencial prometen ser el punto culminante de la gira. Uno de los propósitos de López Obrador es afianzarse como líder regional, extendiendo programas sociales impulsados en nuestro país. Además, AMLO pugnará -con escasas posibilidades- porque Cuba, Venezuela y Nicaragua sean convocados a la próxima novena Cumbre de las Américas, en Los Angeles, California.
¡Es tiempo de intervenir!