Aparentemente a quién ya decidió su voto, le pueden decir misa, su decisión es inamovible, no hay ni habrá debate, declaración, acusación, filtración o revelación que lo haga cambiar de parecer, votará por el candidato y/o partido de su predilección y punto. Sin embargo, en las últimas contiendas presidenciales se extendió el voto volátil - entre 8 y 10% -, el de aquellos electores que durante la semana previa optan por votar en forma distinta a la ya decidida. Se estima que hasta 28% de los 100 millones del padrón electoral pudieran modificar su opinión. Es diferente el voto indeciso, el de quienes van a acudir a votar, pero aún no han elegido a su candidato. El voto útil o estratégico es el de quienes se suman a un candidato distinto para derrotar a otro, generalmente el puntero. Se espera que acudan a las urnas cuando menos 62 millones de electores.
En esta recta final del proceso electoral, los involucrados le echan toda la leña al asador, incluyendo al presidente de la República, quién ha sido denunciado en más de 330 ocasiones y suma 51 medidas cautelares en el tribunal electoral -¿Y?-, por infringir las leyes electorales, por inmiscuirse en el proceso, vulnerar el principio de imparcialidad, emitir comentarios, opiniones o señalamientos sobre temas electorales, ya sea, en forma positiva o negativa. AMLO está presente en la elección de su sucesora mediante un velado proselitismo, sin requerir pronunciar nombres, le basta decir “la señora”, “nosotros”, “ustedes”, “adversarios” “nuestro movimiento”, “conservadores corruptos”, “ya no es como antes”. A propósito, con respecto a las tan mencionadas frases de cajón: “no somos iguales” y “clasistas y racistas”. Si no somos iguales, es que somos distintos, ergo, se nos excluye, se nos discrimina, ¿no es eso clasismo y racismo?
Insistimos, la incursión de un tercer candidato presidencial le hace mosca a Xóchitl Gálvez. Movimiento Ciudadano en sus posibles justificados motivos para no querer ir con el PRI ni a la esquina, optó por presentar a un candidato presidencial propio, con la certeza de no tener ninguna posibilidad de triunfo. En tanto, la condición sine qua non de la alianza opositora ha sido participar con un único candidato, competente y representativo, con suficientes atributos para competir e imponerse a Morena, en el entendido que el voto fraccionado operaría a favor de la candidata puntera.
Acercándose el tiempo de definición, ha venido manejándose la petición al candidato Máynez de renunciar, previo al debate del próximo domingo, a favor de Xóchitl Gálvez, para así elegir entre dos propuestas de gobierno. El destacado emecista Luis Donaldo Colosio Riojas apeló a la generosidad de su compañero Máynez, solicitándole sacrificar aspiraciones personales y unirse a fin de evitar extender seis años más de venganza y destrucción: “Tenemos una responsabilidad más grande, por encima de los partidos, que se llama México”. Incluso Alito Moreno, destinatario de grandes rencores de MC, ofreció renunciar a la presidencia del PRI y a su candidatura al Senado, a cambio de la renuncia de Máynez. Xóchitl: “Es momento de pensar los que queremos que México camine hacia otro lugar, sentarnos, tranquilizarnos, no descalificarnos y ver si podemos construir un gran acuerdo”.