Cuarto Informe anual, cuatro turbulentos años en que Andrés Manuel López Obrador gobierna desde Palacio Nacional, a partir de las 6 am., con la mística encomienda de transformar a México, luego de deshonestos regímenes neoliberales que hicieron de las suyas durante 36 años.
La transformación entró como bulldozer a cancelar proyectos y fideicomisos, a remover instituciones públicas y organismos educativos, al igual que a apretar salarios de la alta burocracia, cerciorándose de que los cambios hechos sean irreversibles, por si -tocando madera- por alguna inexplicable razón la oposición llegase nuevamente a gobernar. El primer acto de poder aun antes de tomar posesión, la presentación de la 4T en sociedad, fue la imposición -disfrazada de consulta popular- de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México - NAIM - en Texcoco, mega proyecto avalado por las principales autoridades aéreas del orbe, avanzado en más del 30% de su construcción, sustituyéndolo por un mediocre, lejano y de difícil acceso aeropuerto en Santa Lucía, en palabras de AMLO, el más moderno de América Latina. Financieramente hubiera resultado más conveniente el NAIM, por la inversión desperdiciada, por el monto de las indemnizaciones, por el costo de las vías de acceso requeridas para comunicar el AIFA y por el mayor ingreso del impuesto aeroportuario en el Hub de Texcoco. El mensaje fue contundente: Aquí yo mando!!
Con esa misma tónica fue semi construida e inaugurada la refinería Olmeca de Dos Bocas, cuyo presupuesto original se ha duplicado -más lo que falta-. Igualmente se impuso la construcción del polémico Tren Maya, impugnado por ambientalistas y cuya conclusión e inauguración se espera para diciembre 2023. También en el Tren Maya el presupuesto original ha sido fuertemente rebasado. Al respecto, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, reconoció que las finanzas nacionales han resentido los aumentos en los costos de las mencionadas mega obras promovidas por AMLO, ya que los plazos para concluirlas se acumulan al final del sexenio.
López Obrador resaltó en su triunfal Cuarto Informe datos, cifras y logros por demás favorables. Sin embargo, prevalecen en la opinión pública fundadas dudas sobre lo expuesto, es el caso del eficaz combate a la violencia en que la percepción es que ésta se ha desbordado en distintas entidades y en el supuesto de que la misma haya disminuido en unos cuantos dígitos, ¿justifica el alarde? Recordamos que una promesa principal de AMLO en campaña, fue abatir la inseguridad.
El presidente desde días pasados mostró su satisfacción por la cifra histórica de la inversión extranjera directa captada en el primer semestre de 2022, de 27 mil 512 millones de dólares -Fusión Televisa y Univisión y reestructura de Aeroméxico representan 6 mil 875 millones de dólares - 49.2 más alta en comparación a la recaudada en el mismo lapso del año pasado. Esta tendencia se inició con el gobierno de la 4T . Dicha inversión significa “empleos y bienestar para el pueblo”. En el reverso de la moneda nos enteramos que se han acumulado nueve trimestres de salida de capitales invertidos en cartera, sumando 7 mil 757 millones de dólares en los dos últimos trimestres.
AMLO se enfila a preparar lo que podría ser un cierre triunfal, para lo cual sería apropiado suavizar el discurso, en vez de jactarse de que no somos iguales, pugnar por ser iguales, todos comprometidos con México.
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