Seis millones 600 mil votos -7.11%- de los 93 millones factibles acudieron a las urnas para en su mayoría manifestarse por el Sí, en relación al trabalenguas redactado por la Suprema Corte para determinar si se enjuicia a 5 expresidentes de la República. Andrés Manuel López Obrador valoró la consulta como un triunfo democrático y en todo caso, si algún inconveniente se presentó, es atribuible a la apatía y desdén del INE y de los medios de comunicación. “Estoy contento por los resultados del día de ayer, además nunca había participado tanta gente”.
AMLO aprovechó para anunciar el siguiente round de democracia participativa para marzo próximo, mediante el cual la ciudadanía decidirá sobre la revocación del mandato presidencial: “Por la vía democrática el pueblo va a decidir si me quedo o me voy en marzo…porque en la democracia es el pueblo el que manda, no los potentados…el bloque conservador tiene la oportunidad ahora de reagruparse, como lo hicieron en junio los sectores más retrogradas”. ¿El pueblo manda por encima de la Constitución? El 1 julio 2018 fue electo el Presidente de la República mediante el voto directo y universal por un forzoso periodo de 6 años, cargo solo renunciable por causa grave, calificada por el Congreso de la Unión. De ser así, en un país de instituciones, ¿el pueblo pone y quita cuando le venga en gana?, entonces, ¿qué caso tiene elegir por 6 años a un Presidente a quién se tendría que reelegir –o no- a mitad de su puntual responsabilidad?. En todo caso sería una opción elegir al Presidente por 4 años con posibilidad de ser reelecto – como en Estados Unidos- pero no interferir en una resolución de nuestra Carta Magna mediante una dudosa y manipulable consulta popular.
Nuevamente el INE cumplió con su encargo de organizar exitosamente la jornada electoral a pesar de las limitaciones presupuestales, sin embargo, AMLO a quién evidentemente el INE no le cae, estimó que al Instituto no le gustó este ejercicio de democracia participativa, reclamándole que en vez de tomar la bandera de la transformación en este momento estelar de la historia, representó al viejo régimen repitiendo los mismos vicios y prácticas. El INE, según AMLO, guardó silencio en complicidad con los medios de información, negando la posibilidad de aplicar la democracia participativa. Incluso, diputados de Morena se manifestaron en voz de su representante ante el INE, Sergio Gutiérrez Luna, por entablar juicio político contra el consejero presidente Lorenzo Córdova y el consejero Ciro Murayama, por haber saboteado la consulta popular aludida. Ya podemos imaginar que los consejeros del INE tuvieran mayor ascendencia sobre los seguidores de Morena que sus propios dirigentes, ¿o no, Mario Delgado? Responsabilizar al INE por el escaso interés ciudadano a acudir a las urnas es insostenible, resulta una simple evasiva sin fundamento.
AMLO somete a consulta popular la revocación de su mandato – mandato que expira el 1 octubre 2024- como si éste fuera optativo, iniciando ya su proselitismo denostando y retando a sus opositores a agruparse en contra suya. Es innegable, el Presidente vive en campaña, la de revocación de mandato será para ser elegido al cargo que ya obtuvo en 2018. Compite contra él mismo y seguramente ganará...y también perderá.