El periodismo de investigación contribuye a que la sociedad acceda a la realidad que la rodea, sacando temas a la luz, desentrañándolo oculto, reduciendo la incertidumbre y contribuyendo al debate público, respaldando sus opiniones en la solidez de los hechos. Toda sociedad democrática requiere de una prensa libre que investigue y denuncie a las propias instituciones que garantizan su libertad. El papel de “perro guardián” asignado por la democracia a la prensa, se potencia en el periodismo de investigación.
La mañanera presidencial es un foro abierto y directo que faculta al presidente de la República a abordar temas medulares de interés nacional, sin embargo, cada vez con mayor frecuencia, tiempo y espacio de la transmisión es destinado a denostar a reales e imaginarios adversarios del régimen, destinando un sitio preferencial a acotados intelectuales llamados orgánicos, a la prensa convencional y a un recurrente grupo de periodistas de opinión. La crítica mediática al oficialismo ha sido una práctica inherente en cualquier democracia, sin embargo, López Obrador molesto ante la mínima resistencia hacia su proyecto transformador, inauguró un espacio semanal dentro de las mañaneras: “Quién es quién en las mentiras de la semana”, donde se dará a conocer las presuntas noticias falsas difundidas en los distintos medios de información convencionales y en las redes sociales, a fin de concientizar a la población a que persista siempre la verdad. “La mentira ha sido una constante en los medios de comunicación…los ciudadanos dejaron de creer en los medios de comunicación”. Comparó AMLO a la prensa actual en México con la que estuvo al servicio de Hitler y con la de tiempos de Santa Anna, afirmando que en México estamos viviendo uno de los peores tiempos del periodismo y que mucha gente traga ese plato de mentiras que diariamente les dan algunos medios. “La clase media es más susceptible a la manipulación…no se puede mentir impunemente”. Incluso el presidente mostró un par de volantes de tinte fascista, provenientes de Italia, repartidos en tiempo de Lázaro Cárdenas por la Confederación de la Clase Media, similares a los utilizados en la reciente campaña “en contra nuestra”. Justamente, la clase media manipulada permitió el fascismo de Hitler, apoyó a Pinochet y respaldó a Victoriano Huerta.
La encargada de presentar las mentiras de la semana, Ana Elizabeth García Vilchis, en tono sarcástico relató supuestas mentiras atribuidas a periodistas de renombre como Raymundo Riva Palacio, Joaquín López Dóriga, Salvador García Soto, Javier Tejado, Peniley Ramírez, Max Kaiser, clasificando las mismas en secciones como nado sincronizado, noticias amañadas, menciones honoríficas, el Pinocho de la semana. Los periodistas señalados han respondido de forma contundente, señalando a la vocera presidencial por mal informar y difundir noticias falsas, aclarando y mostrando pruebas irrebatibles. Este empeño de buscar exhibir a profesionales de la noticia con el propósito de desacreditarlos es por demás arriesgado y perverso en su intención.
De todos los adversarios posibles, el cuarto poder es imbatible, prácticamente invencible. Es imperativo cancelar esta quema de reputaciones, máxime cuando se es vulnerable. La ONG Signos Vitales México reveló que en 2 años López Obrador mintió, recurrió a medias verdades o datos no verificables 80 veces en promedio en cada una de sus conferencias mañaneras.