El hoy gobierno juzgador pronto será juzgado y lo será principalmente por las tres obras emblemáticas erigidas contra viento y marea: el aeropuerto Felipe Ángeles , la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya . Las dos primeras obras ya fueron inauguradas sin estar concluidas y el Tren Maya, en proceso, es motivo de controversia desde su origen.

Específicamente, el tramo 5 del Tren , entre Playa del Carmen y Tulum ha causado constante discordia e irritación, a partir de no contar con la previa manifestación de impacto ambiental, lo cual no obstaculizó al gobierno para iniciar los trabajos. En abril pasado, el juez federal Adrián Fernando Novelo ordenó la suspensión provisional de la construcción del tramo 5 por no contar con los permisos ambientales correspondientes. Un grupo de buzos de la región, por su lado, denunció dicha construcción, convencidos de que este provocará daños irreversibles en el complejo sistema de cavernas, cenotes y ríos subterráneos de la zona.

En mayo, el mencionado juez federal ordenó la suspensión definitiva del tramo mencionado del Tren Maya, hasta que haya sido resuelto el correspondiente juicio, lo cual llevaría años. El juez sostuvo que la sociedad está interesada en el desarrollo de vías de comunicación, pero con base en la normativa que al respecto se prevé en el derecho mexicano, buscando evitar daños inminentes e irreparables al medio ambiente. Fonatur, responsable inicial del proyecto, al ser acusado por arrancar las obras del Tramo 5, a través de su director Javier May se deslindó, afirmando que ahora los responsables de la obra son las Secretarías de Seguridad Pública y la de Gobernación, al haber sido declarada obra de seguridad nacional.

AMLO acostumbra arremeter en contra de los jueces que se muestran contrarios a sus puntos de vista. En cuanto al Tren Maya el presidente sentenció que a pesar de los amparos que impugnan daños ambientales en el tramo 5, el tren va. Es así como nos enteramos que en forma sigilosa la pasada semana se reanudaron los trabajos en dicho tramo, evitando así que los opositores al mismo reaccionen con algún amparo, siendo acusados por AMLO de montar una conspiración contra la obra. “Ya se decidió que es un asunto de seguridad nacional y que no por los intereses de un grupo de pseudoambientalistas vamos a detener una obra que es en beneficio del pueblo”.

Varios comentarios: ¿Por qué no cumplir con los requisitos legales -nadie está por encima de la ley- y obtener la manifestación de impacto ambiental -el que nada debe, nada teme-? ¿Por qué haber cancelado la reunión con ambientalistas de “ Sélvame del Tren ” para intercambiar puntos de vista al respecto y aportar soluciones? ¿Por qué no considerar la advertencia de que el tren elevado podría colapsar -imagínense- por la fragilidad del terreno? ¿Por qué denostar a quienes piensan diferente -o tienen otros datos- calificándolos -a todos- de pseudos o de corruptos? ¿O sea, los honestos a mi lado y los pseudos y corruptos enfrente? ¿Por qué declarar de seguridad nacional la edificación del Tren Maya?

Ante la ley no hay distingos, la ley es pareja, de lo contrario la ley no es la ley.


Analista político

 

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