Fieles a nuestro himno, los mexicanos nos enfrascamos al grito de guerra, pero entre nosotros. ¿En qué momento nos declaramos la guerra los mexicanos? El manifiesto enojo, el rencor, la descalificación, la difamación, el señalamiento, la mala leche, es el pan de cada día, el odio es sincero.

Desde el más alto nivel oficial se lanzan descalificativos y se entablan pleitos a diestra y siniestra y de allí pa’l real. Destaca entre otros el inusual acoso emprendido por la pintoresca gobernadora morena de Campeche, que a lo largo de 9 semanas consecutivas, utilizando su espacio en facebook, en el llamado “ Martes del Jaguar ”, ha difundido explosivos videos contra el exgobernador de la misma entidad, Alejandro -Alito- Moreno , hoy presidente nacional del PRI, presentando concluyentes pruebas de deshonestidad en su contra, en el marco de una inconcebible riqueza, resaltando en todo momento el uso de un arrabalero lenguaje impropio del líder de un honorable partido político. La belicosa gobernante, distraida de las funciones inherentes a su cargo, podría estar cometiendo un delito al difundir información obtenida con instrumentos propios del espionaje, lo cual no obsta para cumplir con su aviesa intención de darle la puntilla a su elegido enemigo. Haya sido como haya sido, Alito Moreno ha sido exhibido en distintas situaciones que reflejan una deplorable carencia de escrúpulos y de ética. Mención especial merece el reprobable asalto violento a la mansión de Alito, testificado por el fiscal general de Campeche, Renato Sales , en busca de quién sabe qué, llegando al extremo de mostrar públicamente la intimidad de su baño. Sin embargo, cómo dejar de preguntarse sobre la procedencia del dinero para hacerse de tan inmensa y lujosa propiedad y por otro lado ¿para qué la quiere? Ni a quién irle, entre una gobernadora insidiosa y un político ramplón.

En tanto, Alito salió al mundo a acusar ante organismos internacionales a quienes lo acusan. Ni la resuelta presión de los expresidentes y 15 exgobernadores del PRI para que Alito renuncie ha prosperado. A su arribo en 2019 a la presidencia del partido, el PRI gobernaba en 11 Estados; tras las elecciones del pasado junio le quedarán al tricolor únicamente 2 Estados en coalición, con una gobernadora panista en Aguascalientes y uno priista en Durango, así como Coahuila y el Estado de México, ambos con razonable riesgo de perderse frente a Morena en 2023. Alito se aferra a concluir su mandato hasta agosto de 2023, luego de las dos próximas elecciones estatales que le permitirían clamar a los 4 vientos: ¡Misión cumplida!

En lo que el PRI está enfrascado en pedir o impedir la remoción de su dirigente nacional, el reloj electoral avanza, las corcholatas itinerantes de Morena ya se promueven por el territorio nacional buscando ser destapados para la grande, en lo que su dirigente Mario Delgado califica de asambleas informativas. Me figuro una desnivelada pelea de box en que el púgil que lleva perdidos los primeros once rounds, tiene la infundada certeza de que habrá de noquear a su rival en el último round. La pregunta concreta es: ¿Va el PRI con Alejandro Moreno encaminado a ser competitivo en las próximas elecciones?

La guerra por el poder parece no tener tregua.

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