Andrés Manuel López Obrador, a raíz de su derrota en las elecciones presidenciales de 2006, se convirtió en el principal inductor de la sustancial reforma a la Constitución y al Cofipe en 2007, donde entre otras regulaciones se prohíbe a los servidores públicos intervenir en procesos electorales, además de no utilizar recursos públicos en apoyo de candidato o partido alguno.

Sin embargo, como Presidente, López Obrador ha convertido su matinal conferencia en un espacio político electoral a favor de las candidaturas de Morena y sus aliados, superando 330 denuncias por violar las leyes electorales -seguramente habrá más-, en tanto, el Presidente insiste en estar ejerciendo su derecho de réplica y ni modo que se quede callado mientras sus adversarios lo atacan por todos los frentes. AMLO ejerce un activo papel preponderante en la campaña de Claudia Sheinbaum y sus aliados, generando de paso las condiciones para anular las elecciones en caso de que su candidata resulte derrotada en las mismas, lo cual colocaría al TEPJF en una indeseable encrucijada. AMLO: “Por primera vez en décadas, a lo mejor en siglos, el gobierno federal no interviene en un proceso electoral…nosotros no utilizamos el dinero del presupuesto público para apoyar a ningún candidato, a ningún partido, no hay dedazo para nadie”. Apenas el 28 de febrero pasado la Sala Superior del Tribunal Electoral desechó la creación de un cuaderno auxiliar que incluiría casos firmes sobre la injerencia del presidente López Obrador en la elección federal en marcha y que servirá de base de la calificación de la elección presidencial, aprobando en vez un catálogo de infracciones sobre irregularidades cometidas. AMLO comentó matinalmente que los jueces le han pedido no hablar de periodistas, ni de la aspirante presidencial de la oposición, ni del proceso electoral, con la amenaza de que harán un listado de las supuestas infracciones para utilizarlas en el momento de calificar la elección. López Obrador entonces fue cuestionado sobre si los jueces apuestan por la nulidad de la elección, respondiendo: “Eso es lo que yo pienso que están tramando. Voy a darlo a conocer aquí, ¿y mis libertades?...¿Van a dar un golpe de Estado técnico? ¿Van a hacer un fraude electoral desde los tribunales, desde el Poder Judicial?...¿Dónde están los demócratas? ¿dónde están los hombres y las mujeres de bien, los demócratas? Abundó AMLO sobre una campaña sucia en redes sociales #AmloNarcoPresidente financiada por gobiernos estatales y otros, a los cuáles exhibirá. “Sin duda es una guerra sucia que tiene como fondo la elección. Nunca había visto a los jueces tan activos”. Por su parte, Claudia Sheinbaum secundó la posibilidad del golpe de Estado técnico. Al respecto la magistrada Mónica Soto, presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación -TEPJF- respondió que ningún servidor público, incluido el presidente de la República, durante el proceso electoral, deben apegar sus pronunciamientos a los límites establecidos en la ley, o de lo contrario habrá sanciones. La magistrada Soto afirmó que el Tribunal no actúa por consigna y no les tiembla la mano para actuar con justicia.

El panorama ensombrece al escuchar al Presidente de la República mencionar “golpe de Estado técnico”, mismo que no necesariamente podría provenir del Poder Judicial.

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