La lealtad en política es imprescindible, todo miembro de un partido político supuestamente está identificado, convencido y orgulloso de los principios e ideales que enarbola. Resulta incomprensible cuando algún funcionario gubernamental apoyado por determinado partido político en su ascendente carrera, decide sorpresivamente por despecho, despojarse de la camiseta ya tatuada en la piel y cambiar de equipo, defendiendo en automático los principios de algún otro antagónico partido rival.
Probablemente el caso más sonado de volubilidad política es Manuel Bartlett, priista desde 1964 por más de 4 décadas –“Del PRI hasta la muerte” –, dos veces secretario de Estado, gobernador de Puebla, senador y férreo aspirante a la presidencia de la República, que de súbito en 2012 se convirtió en senador por parte del “Movimiento Progresista” representando al “PRD”, y de ahí p’al real, ahora con Morena como director de la CFE.
El pasado martes, un grupo de casi 20 sobresalientes y ahora resentidos expriistas dieron a conocer la creación de la “Alianza Progresista” en apoyo a Claudia Sheinbaum.
De entre quienes encabezan este grupo destacan: Eruviel Ávila, 2 veces presidente municipal de Ecatepec, gobernador del Estado de México y senador: “Hoy un grupo de mexicanos de distintas partes del país hemos decidido conformar la Alianza Progresista en apoyo a la doctora Claudia Sheinbaum, tiene experiencia y sabe gobernar, ya lo ha demostrado”. Eruviel se identifica con Claudia Sheinbaum porque ambos son hijos de la misma alma mater, la UNAM. “Estoy ciegamente a favor de la doctora Claudia Sheinbaum”.
Alejandro Murat, exgobernador de Oaxaca: “Hemos decidido crear la AP, encontramos simpatía por la propuesta que tiene proyecto y plan y que propone la transformación de México de la doctora Claudia Sheinbaum… hoy el partido en que milité muchos años refleja una vocación progresista, pero ha decidido sumar una afiliación de derecha con el PAN y cedió, se entregó a la candidatura a la Presidencia y a la jefatura de Gobierno. Esa fracción política se ha mimetizado convertida en apéndice y ha dejado que tome la batuta el PAN.
Hoy estamos aquí por un gobierno que nos representa”. Adrián Rubalcava, exalcalde en Cuajimalpa, aspirante desplazado -despechado- por la jefatura de la CDMX: “En la AP participan verdaderos constructores de la democracia… en el frente opositor se postulan candidatos con manchas de corrupción, propuestas que no tienen pies ni cabeza. La candidatura presidencial del frente opositor no es sólida, todo es a base de chistes y bromas, de generar simpatías a base de groserías, una candidatura que no tiene ruta, una candidata controlada por los presidentes de los partidos, es un títere de este grupo que no tiene respaldo ciudadano y no toman decisiones”. Jorge Carlos Ramírez Marín explicó haber renunciado al PRI luego de 40 años, porque el partido trabaja para fortalecer al PAN. ¿No será porque no lo postularon para gobernar Yucatán?
La Alianza Progresista ofrece trabajar en pro del contundente triunfo de Morena en las próximas elecciones, pero eso sí, que quede claro que no existe oportunismo alguno, que no buscan chamba ni hueso, lo que los mueve es el “amor por México”.
Conmovedor el patriotismo y el pundonor de este desinteresado grupo de preocupados expriistas fieles a la infidelidad.
Analista