El presidente que se presenta como el más atacado desde tiempos de Francisco I. Madero, desde el palaciego púlpito mañanero, no deja títere con cabeza. Las respuestas a los cómodos reporteros, suelen ser divagaciones hacia distintos temas, exhibiendo a reiterados adversarios, además de narrar anécdotas y pasajes históricos, preferentemente lo ocurrido en 2006, año en que “ Calderón se robó la elección”. El encono acumulado –“Mi fuerte no es la venganza”- mostrado contra el creciente número de adversarios presidenciales, presagia un polarizado final de sexenio en que “liberales transformadores de izquierda y conservadores corruptos de derecha” podrían darse hasta con la cubeta.

Una vez echado a andar el Plan B de la reforma electoral, el Secretario Ejecutivo Edmundo Jacobo Molina se vio precisado a renunciar a su cargo y se especula sobre la liquidación de trabajadores especializados en materia electoral - que por cierto el INE carece de los fondos requeridos -, el Ejecutivo enfocó sus baterías hacia el Poder Judicial y la desaparición de organismos autónomos, resignado a que por la premura del tiempo sexenal habrá de dejar a su sucesor un listado de “reformas pendientes”: “Es evidente que hace falta la reforma del poder judicial porque actualmente es un bastión del conservadurismo corrupto, que los nuevos cargos sean ocupados por gente íntegra con principios, honestos, incorruptibles, que no dejen de tener como referente al pueblo…tiene que hacerse de abajo para arriba porque los jueces, magistrados, ministros, tienen que irse renovando”.

El franco desdén mostrado por AMLO hacia el Poder Judicial y en especial hacia la novel presidente de la Suprema Corte, Norma Piña, se intensificó a partir de que a la Corte le corresponderá decidir sobre la constitucionalidad del Plan B electoral . AMLO ventiló públicamente la existencia de fideicomisos pertenecientes a la Suprema Corte y del Consejo de la Judicatura por un monto superior a 20 mil 500 millones de pesos, un “guardadito” de magistrados y ministros. Al mismo tiempo, el presidente pidió al secretario de Gobernación solicitarle al INAI la información sobre los fideicomisos del INE, aun cuando dichos datos están disponibles en la plataforma electrónica del Instituto Electoral. Dicho fideicomiso asciende a mil 46 millones de pesos.

La recién nombrada presidente de la SCJN, Norma Piña , exhortó a los jueces del país a ser guardianes de la Constitución y respetarla. AMLO se mostró de acuerdo con la libertad de la ministra presidente a efectuar dicha recomendación, pero el respeto a la Carta Magna debe ser auténtico, “no al estilo porfirista que se respetaba en la forma y se violaba en el fondo”. AMLO exhortó al Poder Judicial anteponer la justicia al derecho y dejar de usar la excusa de que las averiguaciones están mal integradas y bajo ese argumento dejen en libertad a presuntos delincuentes o descongelen cuentas bancarias, como sucedió con la esposa de Genaro García Luna. “Ahora la presidenta de la SCJN puede quedarse sentada si llega el presidente…ahora hay libertades que no había”.

La Suprema Corte seguramente resolverá contra el Plan B electoral, sin embargo, el iniciado proceso de desmantelamiento del INE habrá ocasionado daños irreversibles. En tanto López Obrador continuará su cruzada contra el Poder Judicial, organismos autónomos…y lo que se acumule.

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