Culminó el pasado domingo la elección en que no se eligió a nadie. El victorioso Andrés Manuel López Obrador ya había sido electo en 2018 por un periodo de seis años, es decir, hasta 2024. Elección de un solo participante, convocada por el mismo participante.
López Obrador presentó con singular pericia los resultados de la revocación de mandato, constatando como el vaso está tan lleno o tan vacío como las circunstancias lo requieran. Al respecto el presidente declaró: “Más de 90% votó para que yo termine mi mandato, más de 15 millones de mexicanos están contentos y quieren que yo continúe… Fue un éxito completo, participó mucha gente y en su enojo nuestros adversarios no consideran que fue con la tercera parte de las casillas y con todas las trampas y el boicot del INE”. Efectivamente, 91.86% de los votos fueron a favor de AMLO, pero del 17.77% del listado nominal que acudió a las urnas, es decir, de 16.5 millones de votos totales,15.1 millones fueron a favor de AMLO. El 82.23% de posibles votantes se abstuvo de participar en la revocación y no precisamente porque les quedaran lejos las casillas. La postura del INE en voz de Córdova: “¿Cuántos de los ciudadanos que no votaron lo hicieron porque no querían avalar las trampas que ocurrieron en las semanas pasadas?...Quienes no quisieron votar, pues no votaron…Lo que no se vale es decir que es culpa del INE el índice de participación”.
Apenas consumado el ejercicio de revocación de mandato, AMLO rindió su 13avo informe de gobierno -otro record-, el de los primeros 100 días del cuarto año de gobierno, satisfecho por lo alcanzado. Característico de los informes presidenciales es presentar los otros datos, en que ni se dice todo lo que es, ni es todo lo que se dice. “Hemos demostrado con nuestro bendito idealismo que todo se logra”, destacando entre otros resultados el haber controlado la pandemia, las abundantes remesas, el inusitado número de afiliados al IMSS, la expansión de la economía, la contención de la deuda externa, la Bolsa con relevantes ganancias, la descollante inversión extranjera, el relumbrante Aeropuerto Felipe Ángeles, la construcción y ampliación de carreteras, la mayor extracción de petróleo y menor importación de combustibles, los significativos avances en Dos Bocas y el Tren Maya, la proximidad de la autosuficiencia en gasolinas, diésel y turbosina, además con la complacencia que de 12 delitos de alto impacto, sólo 3 han aumentado.
AMLO abordó el tema de la reforma eléctrica con preferente énfasis, precisando que vivimos tiempos de definición y sin medias tintas, en que los legisladores habrán de decidir entre colocarse como defensores de los intereses de empresas privadas nacionales y extranjeras o actuar a favor del pueblo y de la nación.
Reconociendo la posibilidad de no alcanzar las dos terceras partes de los votos para la reforma constitucional referida, por el boicot de los “legisladores entreguistas, conservadores, de derecha y reaccionarios”, el Ejecutivo anticipó haber ya firmado la iniciativa para modificar la ley minera para que el litio sea propiedad del Estado.
El próximo domingo de resurrección se determinará el rumbo de la reforma eléctrica en que las encontradas posiciones defienden sus genuinas posiciones. Discrepar no significa traicionar a la Patria.