A 4 años de su elección presidencial, AMLO pronuncia su 18 informe trimestral de gobierno, al tiempo del inicio de las prácticas para la operación de la refinería de Dos Bocas . AMLO fue electo por más de 30 millones de votantes ilusionados de su propuesta transformadora, en la cual garantizó justicia, terminar con la corrupción, con la impunidad y con la mala herencia tras 36 años de regímenes neoliberales .

Carlos Alazraki es un mexicano de religión judía preocupado y ocupado en contribuir por un mejor país. Compararlo con Hitler es aberrante, absurdo e injustificado. 

En el anunciado discurso que hoy habrá de pronunciar el presidente para hacer frente a campañas de conservadores que señalan que estamos en el momento de mayor violencia, éste defenderá su estrategia de “abrazos y no balazos”, insistiendo en que la violencia debe ser atacada en sus causas y no respondiendo a la violencia con violencia. A nuestro parecer, vivimos en un estado de derecho en que se deben de acatar las leyes y es función de la autoridad perseguir, juzgar y sancionar a quienes la infrinjan. AMLO obstinado en continuar aplicando su estrategia de seguridad, fustiga la política fallida e inhumana del pasado en que imperaba el “ojo por ojo” : “Donde hay un conservador, hay un represor en potencia, pero nosotros no somos así”, de haber persistido las mismas conductas desde que se declaró la guerra a la delincuencia organizada, México estaría en condiciones de ingobernabilidad, ya no son los tiempos de “mátalos en caliente”. El Ejecutivo también les dio un repaso a los religiosos, eso sí, con todo respeto, reprochándoles no seguir el ejemplo del papa Francisco “porque están muy apergollados por la oligarquía mexicana”.

Conforme avanza el sexenio el presidente intensifica la arremetida contra los por él despectivamente llamados conservadores, o sea, todos aquellos que no concuerden con sus decisiones, mismos que de acuerdo a datos suyos rebasan los 20 millones -aguas, no son pocos-, todos ellos cortados por el mismo patrón, corruptos, retrogradas que dejaron sin medios al país, responsables de que en México no tengamos los médicos que necesitamos, que pusieron al mercado la salud como si fuera mercancía, con un seguro popular que ni era seguro ni era popular y lo mismo hicieron con la educación, impidiendo el acceso a la educación superior a aspirantes que no reprobaron, fueron rechazados porque no había cupo, y que decir de los nada veraces intelectuales orgánicos. A la nefasta herencia en salud y en educación legada al presente régimen, de acuerdo a la posición oficial, hemos de añadir la inseguridad y la violencia, mismas que a estas alturas han rebasado las alarmantes cifras de los sexenios de Calderón y de Peña. Resulta inaceptable culpar al pasado por lo que ocurre en el presente, el presidente pugnó por serlo porque él sabía cómo solucionar lo que sus antecesores no supieron o no pudieron.

La frase posiblemente sea de Ángela Merkel : “Los presidentes heredan problemas. Se supone que los conocen de antemano, por eso se hacen elegir para gobernar con el propósito de corregir esos problemas, culpar a los predecesores es una salida fácil y mediocre”.

Analista

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