Si de propósitos se tratara, iniciamos el año de la redención, venceremos la pandemia , se recuperarán los empleos y se atenuarán los aprietos económicos. Lo que definitivamente marcará el año y el resto del sexenio serán las elecciones del 6 de junio, a las cuales distintos partidos políticos asistirán en bloque, es decir, establecerán alianzas, persuadidos de que la unión hace la fuerza.
Contra toda lógica, tres partidos antagónicos, de ideologías diametralmente opuestas y rivales por excelencia, decidieron coaligarse para juntos enfrentar a Morena, el partido en el poder resguardado desde el poder. PRI, PAN y PRD anteponiendo el pragmatismo a sus principios fundacionales establecieron la alianza “Va por México”, conscientes que compitiendo aislados sus posibilidades son escasas y que su priorodad es integrar un contrapeso a la influencia del Ejecutivo en la Cámara de Diputados; o sea, convenencia mata ideología. La referida alianza competirá en 158 distritos electorales –en total son 300- en 23 estados del país, absteniéndose de intervenir donde aspirantes individuales podrían imponerse a Morena. Difícilmente surgirán nuevas figuras que releven a actuales diputados ya asentados, cuando 448 de los 500 en funciones pretenden reelegirse.
El presidente López Obrador en off side –fuera de lugar- censuró la alianza antinatural “Va por México”, integrada por “machuchines” cuya intención es quitarle el presupuesto a los pobres, molestos con las pensiones a adultos mayores y a niños discapacitados, con las becas para jóvenes y con los medicamentos gratuitos, participantes de una alianza de partidos que simularon por 40 años ser distintos entre sí y ahora se quitan las máscaras para juntos defender al antiguo corrupto régimen neoliberal, responsable del empobrecimiento del pueblo, la inseguridad y la violencia. Remató AMLO afirmando que su gobierno no intervendrá en las elecciones –justamente es lo que está haciendo- y que enviará sendas misivas a los gobernadores, exhortándolos a mantenerse al margen de las elecciones y a respetar el voto.
Los tres integrantes de la Comisión de Quejas y Denuncias del INE sin la contundencia requerida para evitar futuros desaguisados electorales, se manifestó por que el Ejecutivo se abstenga de emitir declaraciones relacionadas con la elección federal de junio, ya que está interfiriendo en el proceso electoral en declaraciones sobre los partidos de oposición y las alianzas entre ellos, poniendo el mal ejemplo a otros mandatarios locales, mencionando además que las cotidianas conferencias mañaneras se llevan a cabo utilizando recursos públicos, desde la sede donde se llevan a cabo, hasta el equipo de transmisión, activos que debieran utilizarse de manera imparcial, ajena a la competencia interpartidista.
Aquí sí, ¡que alguien me explique!, para competir contra la alianza referida se creó la alianza “Juntos hacemos historia”, conformada por el impresentable Partido del Trabajo, por el chaquetero Partido Verde Ecologista, y ¿por quién más se imagina usted agudo lector? pues por Morena. Al carecer de algún comentario propio, cito al ideólogo Mario Delgado: “ Esta es una alianza que parte de principios y valores y tiene como único objetivo garantizar larga vida a la cuarta transformación…la disyuntiva para los ciudadanos va a ser entre la corrupción o la transformación”.
Como decía Groucho Marx: “Si no les gustan mis principios, tengo otros”.