Versión adaptada de la canción de Benny Moré: “Como fue, no sé decirte como fue, no sé explicar lo que pasó, pero Morena arrolló”.

Lo cierto es que “haiga sido como haiga sido”, Morena y sus anexos ganaron la presidencia de la República —por más de 2 a 1—, la Ciudad de México —imponiéndose en 11 alcaldías, recuperando Tlalpan, Magdalena Contreras, Azcapotzalco y Álvaro Obregón— y 6 de 8 gubernaturas: Veracruz, Morelos, Yucatán, Puebla, Chiapas y Tabasco. El bloque de diputados de la coalición de Morena quedaría entre 346 y 380, sobrepasando los 334 diputados requeridos para tener mayoría calificada. En la Cámara de Senadores, el bloque de Morena tendría entre 76 y 88 senadores, requiriendo 85 para acceder a la mayoría calificada.

Resultará determinante el criterio para configurar ambas Cámaras al término del cómputo, ya que la representación proporcional permite hasta 8% de sobrerrepresentación, quedando en entredicho si dicho porcentaje será aplicado por partido –sería 24% adicional– o por la alianza representada por un candidato común. Esta decisión será crucial para determinar la mayoría calificada, podrían modificar unilateralmente la Constitución.

La nueva configuración camaral podría inaugurarse convirtiendo en leyes las 20 iniciativas de reforma constitucional enviadas por AMLO, principalmente la tan cantada reforma judicial, exigiendo elegir jueces, magistrados y ministros por decisión popular, es decir, los méritos del jurista aspirante contarían menos que los intereses de ajenos grupos políticos y económicos. Para AMLO materializar la reforma judicial en el epílogo de su sexenio transformador, le merecería salir en hombros de la plaza, en este caso, de Palacio Nacional.

La insistencia presidencial por promulgar el llamado Plan C, indujo que el peso se devalúe en términos del 10% frente al dólar. AMLO: “El Poder Judicial está secuestrado, tanto por la delincuencia organizada como por la de cuello blanco, y no está al servicio del pueblo. Jueces, magistrados, ministros, no imparten justicia…la justicia está por encima de los mercados. Es como cuando se tiene que optar entre derecho o justicia, o cuando tienes que optar entre progreso o esclavitud”. Por su lado, el controvertido Arturo Zaldívar, a modo de vocero de la futura presidenta, pretendió verse conciliador: “El pueblo de México votó contundentemente por esta reforma, no obstante, hay la intención de apertura de la Presidenta electa a que se discuta, que se conozca, que se dialogue y que se ajuste lo que se tenga que ajustar”. Claudia aseguró que Morena encuestará a la ciudadanía con relación al Poder Judicial. Enfatizó quien gobierna: “Se equivocan quienes piensan que se va a dar marcha atrás al proyecto de reforma al Poder Judicial sólo porque hay nerviosismo financiero…está de por medio la justicia, como vamos a cambiar la corrupción por justicia, qué les pasa…”

México se perfila a convertirse en el único de los 38 países miembros de la OCDE que elegiría a sus jueces por voto popular. Y es que López Obrador está convencido que hace falta un Poder Judicial que represente al pueblo, no a mafias económicas o del crimen, “En septiembre podrá hacerse la reforma”.

¿Podrá Claudia mantener el equilibrio, estando bien con AMLO y con sus gobernados? Recordemos que el que a dos amos atiende, a uno le queda mal.

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