Finalmente, con la asistencia de 23 jefes de Estado, 8 ausencias y 3 países no invitados, se celebra la Novena Cumbre de las Américas en Los Angeles, Cal., con el lema “Construyendo un futuro sostenible, resiliente y equitativo”.

Andrés Manuel López Obrador cumplió su amenaza de no asistir a la Cumbre, de no ser convocados Cuba, Venezuela y Nicaragua. El Presidente de México pugna por una integración hemisférica en la que todas las naciones de la región sean partícipes. Indagar motivos de los tantos porqués son excluidas 3 dictaduras requeriría un espacio aparte, sin embargo, coincidiendo con dicho ideal de unión continental ¿ha de aceptarse la inclusión de países donde sus eternizados gobernantes pisotean los más elementales derechos humanos?

Posiblemente hubiese sido una mejor estrategia que AMLO se hiciese escuchar desde la Cumbre, asistir y utilizar el micrófono hemisférico, para desde allí exponer sus propuestas en cuanto a la participación de todos los paises de América Latina, así como al tema de migración, de participación, de inversión y de colaboración para el desarrollo. Aprovechar la cercanía geográfica y comercial con Estados Unidos en términos amistosos, siempre será más conveniente que la confrontación. El presidente de México debe tener como prioridad la protección de los intereses de sus gobernados, su presencia en la Cumbre le otorgaba la oportunidad de establecer relaciones directas con diversos Jefes de Estado y de Gobierno, tanto con Estados Unidos y Canadá, nuestros dos principales socios comerciales con quienes integramos la Alianza del Pacífico, como con los demás países de la región con quienes existen acuerdos y tratados comerciales. Por todo esto, resulta desfavorable condicionar la presencia del presidente de México a la invitación a Cuba, Venezuela y Nicaragua.

El insistente discurso de AMLO repudiando la no inclusión en la Cumbre de los 3 países aludidos se completó con una dura crítica a los senadores estadounidenses Robert Menéndez -demócrata-, Ted Cruz -republicano- y Marco Rubio -republicano-, todos ellos de origen cubano, quienes ejercieron definitiva presión en Joe Biden para asumir tal decisión. Marco Rubio se fue contra AMLO: “Me alegra ver que el presidente mexicano, que ha entregado secciones de su país a los cárteles de la droga y es un apologista de la tiranía en Cuba, de un dictador asesino en Nicaragua y de un narcotraficante en Venezuela, no estará en Estados Unidos esta semana”. Por su parte, AMLO acusó a Marco Rubio de oponerse a los migrantes y de haberse beneficiado de empresas armamentistas, patrocinadores de su campaña.

Un grupo de 15 congresistas demócratas echaron más leña, enviando un escrito al secretario de Estado, Anthony Blinken, solicitando presionar al gobierno mexicano a reforzar la protección de periodistas ante la creciente hostilidad oficial contra la prensa, propiciado por el presidente López Obrador, creando un clima de violencia, denigrando a periodistas durante sus conferencias mañaneras.

Marcelo Ebrard: “Qué tal si recuperamos la política entre las Américas sobre la base de la no intervención y el beneficio mutuo?”. O sea, México interviene -apenas se solidarizó AMLO con el candidato presidencial Petro en Colombia- pidiendo la no intervención.

Conclusión: La Cumbre hubiese sido el foro idóneo para que AMLO expresara sus propuestas para la integración de América Latina.

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