Hace algunas décadas, en México decidimos vivir en democracia.
Este camino no ha sido nada fácil porque la democracia enfrenta constantes desafíos.
Algunos de estos desafíos tienen que ver con que en democracia se deben cuidar los contrapesos y equilibrios en la distribución de poder y en la toma de decisiones, pues siempre existirán tentaciones de concentrar el poder. En la democracia mexicana, los tres Poderes del Estado tienen la responsabilidad de hacerse contrapeso; y en los procesos electorales, instituciones como el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación son responsables de garantizar la legalidad e imparcialidad de los procesos.
Otros desafíos tienen que ver con crear instituciones y fortalecerlas para que trasciendan cambios de gobiernos y nos permitan mantener los avances en resultados y profesionalización del servicio público.
Un desafío más tiene que ver con la defensa de los derechos y libertades que son elementos fundamentales de las democracias, y que nos permiten vivir e involucrarnos en lo público con libertad de expresión, de manifestación, etc. Y sin duda, un importante desafío es la participación que como ciudadanos tengamos, al involucrarnos en el avance democrático y en procesos clave como las elecciones.
Hoy, a uno meses de iniciar uno de los procesos electorales más importantes de la historia del país donde se renovarán la Presidencia de la República, Diputados y Senadores, Congresos Estatales, nueve gubernaturas y cientos de alcaldías, nuestra democracia enfrenta el desafío de proteger a sus instituciones y derechos del paquete de leyes y reformas electorales conocido como “plan B”, que está por culminar el proceso legislativo en el Congreso de la Unión, e implicaría diversos retrocesos.
De entrada, la desaparición de vocales en las juntas distritales afectaría la profesionalización del INE y los organismos electorales locales, al reducir el número de casillas y arriesgando, incluso, a la anulación del proceso. También se complicaría el proceso de tramitar o reponer la Credencial de Elector, al desmantelar la estructura de Módulos del INE y despedir a cerca de 2,000 funcionarios que organizan las elecciones y capacitan a los ciudadanos para que instalen las casillas y cuenten los votos.
Cambios como éstos generarían incertidumbre en el proceso electoral de 2024 y también pondrían en riesgo la autonomía del instituto, la integración del padrón electoral, la fiscalización de los recursos públicos utilizados en el proceso electoral y atentarían contra lo establecido en nuestra Constitución. Sin olvidar que la última etapa de un sexenio federal no es la adecuada para modificar las reglas electorales, y tampoco es común que estos cambios sean propuestos por el presidente en turno.
Al respecto, la revista The Economist publicó recientemente el Índice de Democracia 2022, el cual muestra el retroceso democrático en México que se observa en el plano internacional, al ubicarlo en el lugar 86 de entre 167 países y considerarlo un “régimen híbrido” con elementos de democracia, pero que tiene debilidades más fuertes que el de las “democracias defectuosas”, posición en que estuvimos antes de 2021. Incluso, México, El Salvador y Haití son los países que han propiciado que Latinoamérica sea la región con mayor declive democrático para el reporte de 2022.
Y entre las principales razones para argumentar que México está en retroceso se mencionan los ataques a los contrapesos y los cambios electorales impulsados por el presidente que podrían provocar mayores riesgos a medida que se acercan las elecciones del 2024.
Sin duda, como país enfrentamos momentos de grandes desafíos para mejorar nuestra democracia y evitar seguir dando pasos hacia atrás.
Hoy necesitamos reforzar nuestra participación para que las autoridades nos escuchen, ejerzan su función de contrapeso y defiendan a nuestras instituciones y derechos democráticos.
A las y los senadores les pedimos no aprobar las leyes electorales del plan “B” que tienen pendiente concluir su proceso legislativo, mientras que a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación les solicitamos defender la Constitución y nuestros derechos al no permitir leyes inconstitucionales.
La democracia mexicana debe seguir mejorando, como país debemos unirnos para no dar ni un paso atrás. Defendamos al INE, a los avances electorales y a nuestros derechos como ciudadanos. #OpiniónCoparmex