El Poder Judicial es pilar de nuestro sistema político-democrático y Estado de derecho. Es uno de los tres poderes de la Unión y tiene la importante función de hacer cumplir las leyes que rigen nuestro orden como sociedad. Su institución principal es la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), encargada de velar por el cumplimiento de todo el contenido de la Constitución y los derechos de los ciudadanos y quien nos ha demostrado su valor en numerosas etapas.

En la historia del país, tanto la Corte como los Consejos, Tribunales, Juzgados y las diversas instancias que conforman dicho Poder, han pasado por procesos de reformas y reestructura institucional y, por supuesto, que es importante que se mantengan en un proceso de mejora continua. Sin embargo, en Coparmex consideramos que para todo hay momentos y que una transición de Gobierno no es el momento idóneo para aprobar una reforma a un poder tan importante para la estabilidad política, democrática y el Estado de derecho nacional.

La propuesta presentada por el actual presidente el 5 de febrero, en el marco del aniversario de nuestra Constitución, contempla en cuanto al Poder Judicial diversos cambios a las funciones y procedimientos de instancias como la Corte, buscando modificar desde el número de integrantes del Pleno de la SCJN, hasta la duración del cargo, la retribución y el régimen de responsabilidades.

Y una de las propuestas más controversiales es la que tiene que ver con que los jueces, magistrados y ministros se elijan por voto directo, la cual consideramos inviable debido a que para cargos de ese tipo se requiere un perfil profesional específico y, de aprobarse, se pondría seriamente en riesgo la calidad de las resoluciones y una posible cooptación por parte de partidos políticos, afectando la necesaria autonomía del Poder Judicial.

Además, que uno de los elementos coyunturales para promover la reforma sean las encuestas realizadas en los últimos días por parte del partido en el poder y otras dos encuestadoras, sin el debido análisis de la metodología y un panorama más amplio de evidencias. Nos parece que no es el camino para encontrar los mejores argumentos sobre el rumbo que se debe tomar.

Ante este escenario, en Coparmex consideramos que el diálogo debe ser la base de toda decisión para el presente y futuro de México, y que el proceso se debe llevar por etapas, tomando en cuenta las voces de expertos, partidos de oposición y experiencias internacionales, pues, por ejemplo, ningún país miembro de la OCDE elige a sus jueces, magistrados o ministros por voto directo.

Por ello, hacemos un llamado a la presidenta y legislatura electas a garantizar la apertura y el diálogo para discutir a fondo la propuesta de reforma, a considerar que México necesita instituciones fuertes y que se puede lograr un cambio que fortalezca al Poder Judicial sin atentar contra su autonomía, la cual es clave para nuestro sistema político y económico.

Incluso, ponemos sobre la mesa la importancia de seguir implementando la reforma de 2021, que contempló elementos valiosos como el fortalecimiento de la carrera judicial y una defensoría pública, esto con el fin de seguir avanzando en el acceso a la justicia.

Como país acabamos de pasar por un momento de elección democrática, ahora necesitamos transitar hacia la unidad para construir juntos las estrategias que nos permitan aprovechar el gran potencial que tenemos, sin permitir ningún retroceso.

Nadie duda que México puede alcanzar mayor desarrollo y eso sólo puede hacerse realidad si mejoramos nuestra democracia, si evitamos concentraciones de poder, si mejoramos nuestras instituciones y garantizamos la estabilidad política, económica y el respeto a los contrapesos.

Por un México donde nadie se quede atrás, defendamos un Poder judicial autónomo.

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