La regulación e integración del sector de la cannabis en México ha sido un camino largo. El Senado de la República se dio a la tarea de promover una regulación integral por medio de un proyecto único en el mundo, que ha de convertir a México en el país más poblado en legalizar todos los usos de la marihuana y el primero en hacerlo en una sola ley. Este proyecto de ley ha sido discutido y debatido durante varios años y ha llegado el momento de dar fin al proceso legislativo para continuar con la implementación en el mundo real.
Los mercados regulados de la cannabis han mostrado resiliencia frente a la pandemia y los evidentes beneficios económicos, en salud pública y seguridad han incentivado a varios países a considerar la integración de mercados de cannabis, ya sean medicinales, de uso adulto y/o para el aprovechamiento de sus aplicaciones industriales.
Por ejemplo, Estados Unidos se ha convertido en el mercado regulado de cannabis más grande del mundo y está aprovechando las diferentes aplicaciones de este producto agrícola en sectores económicos como alimentos, cosméticos y medicinas; generando miles de empleos directos y beneficios en salud pública como la reducción del consumo de opioides y alcohol, la disminución de crímenes violentos en la frontera con México y la generación de impuestos para mejorar la salud y la educación de la población.
En México existe una regulación medicinal desde enero de 2021 que presenta incongruencias con respecto a las necesidades reales en el país. En efecto, la Ley General de Salud mantiene en su estructura, diseño y articulado, disposiciones que promovieron el modelo prohibicionista, así como los mecanismos obsoletos de fiscalización y control de sustancias. Además, el reglamento publicado contiene disposiciones que excluyen explícitamente los usos tradicionales, el acceso al autocultivo con fines medicinales, entre otros.
En este contexto, es importante que la Comisión de Salud del Senado emita una recomendación para reintegrar los usos medicinales de la cannabis al proyecto de ley para conformar este nuevo sector económico y permitir a pacientes el acceso a productos medicinales seguros, eficaces y con controles de calidad y trazabilidad.
Es de celebrarse que exista la voluntad de generar un trabajo entre Cámara de Senadores y Diputados para llegar a un consenso que permita implementar una ley que beneficiará directamente a miles de pacientes de enfermedades crónicas, pequeños y medianos agricultores, industrias afines como la textil y de alimentos, y que generará empleos. Por ello, es importante que la Comisión de Salud del Senado entregue los resultados de su estudio del proyecto enviado por la Cámara de Diputados a la brevedad.
El sector económico regulado de la cannabis es uno de los que muestran mayor crecimiento económico, impacto social e innovación con perspectiva a futuro: se estima que el mercado regulado alcance los 90 mil millones de dólares en los próximos cinco años y los sectores del cáñamo, cannabis medicinal y el uso adulto son actividades económicas reales y positivas, que han dejado evidencia importante acerca de cómo puede ayudar a países como el nuestro a alcanzar la paz, reducir las desigualdades, revitalizar nuestra economía, combatir la corrupción y no dar la espalda a quienes viven con dolor.