En el primer trimestre de 2020 la economía mexicana se encuentra contraída ya que el PIB del cuarto trimestre de 2019 no reportó variación.
En este trimestre, la comparación anual del PIB tuvo un retroceso real de -0.3%. Por actividades económicas, el PIB de las actividades secundarias descendió -1.5%, en tanto que el PIB de las primarias avanzó 1.9% y el de las terciarias 0.1%.
En su comparación anual, la inversión fija bruta cayó -3.5% en diciembre. A su interior, los gastos en construcción bajaron -5% y en maquinaria y equipo total en -2% con relación a los de diciembre de 2018. La producción industrial retrocedió -1%, las industrias manufactureras se redujeron -0.7%.
El personal ocupado total del sector manufacturero descendió -1.4%. En su comparación anual, el consumo privado en el mercado interior disminuyó -0.4% durante diciembre de 2019.
Resultado de este comportamiento industrial, los pedidos manufactureros en enero tuvieron una reducción anual de -1.4 puntos. Los inventarios de insumos retrocedieron -1.44 puntos y el nivel esperado del personal ocupado disminuyó -0.20 puntos. Las exportaciones de vehículos ligeros cayeron -5.83% con relación al mismo mes de 2019.
El Indicador de Confianza Empresarial de las manufacturas registró una caída de -0.8 puntos para febrero de 2020, específicamente el ICE de la construcción disminuyó -1.1 puntos, mientras que el del comercio aumentó 0.5 puntos con respecto al mes de enero. El Indicador de Confianza del Consumidor presentó en el mismo mes una disminución mensual de -0.2 puntos.
Es importante considerar lo anterior porque la propagación del coronavirus afectarán las finanzas públicas para el primero y segundo trimestres de 2020 a raíz de que; a) El 9M afectó en 43.7 mil millones de pesos; b) reducción del ingreso tributario petrolero programado en 49 dólares (se ubica en 24.43 dólares) perdiendo 31.66% la mezcla mexicana; c) el ingreso en ISR en enero (0.8%) es muy débil reflejo del endeble registro de trabajadores en el IMSS (0.3%); d) el desempleo pasó de 3.3% a 3.5% (diciembre 2018 a diciembre de 2019); e) la apreciación del tipo de cambio encarecerá los bienes de capital, que en enero (variación anual) cayeron -13.6% y los bienes de uso intermedio -3.5%, ello incrementará la desindustrialización y aumentará la desinversión en equipo y maquinaria importados; f) este resultado refleja el descenso en la recaudación de impuestos a la importación que en enero fue de -17.6%.
Además, en abril la inflación repuntará incremento de precios en bienes y servicios por la Semana Santa; la inversión privada no fluirá por la caída bursátil de las empresas; disminuirán las utilidades de las empresas
Ante esta realidad, el FMI redujo la tasa de crecimiento mundial de 3.4% a 2.4%. Para México el pronóstico del PIB pasa de 1.1% a 0.7%. Sin tomar en consideración de que los pedidos manufactureros internacionales de China cayeron en -51.11%; la reducción de la tasa de interés de la Fed y la ruptura de la OPEP y Rusia.
Ante esta situación, LACEN propone un Plan de Contingencia Económica en torno a 10 ejes:
1. Incentivos fiscales. 2. Efectiva recaudación. 3. Plan Energético. 4. Aumentar inversión en infraestructura sanitaria, básica, social y tecnológica. 5. Impulso al turismo doméstico. 6. Fortalecimiento de la industria manufacturera. 7. Expansión del gasto para apoyar la industria de la construcción. 8. Blindar los siete canales de distribución para otorgar seguridad a la logística comercial. 9. Brindar confianza al inversionista en torno al cambio de narrativa del presidente. 10. Impulsar la facilitación en ventanilla para hacer expeditas las compras gubernamentales, principalmente en medicamentos.
Con ello se apuntalaría el crecimiento en torno a un punto porcentual del PIB (1%). Aunado a la ampliación del tamaño del programa de coberturas cambiarias liquidables de 20 mil millones a 30 mil millones de dólares para detener la depreciación del peso frente al dólar, además de un posible el recorte de la tasa de interés de Banxico (50%) que abarataría el costo del dinero e incentivaría el consumo. Así, inversión, gasto y consumo impulsarían el mercado interno. Con la aprobación del T-MEC, el sector exportador tendría mayor dinamismo, a pesar de la desaceleración industrial de Estados Unidos.
El presidente López Obrador pronto debe adoptar la decisión de impulsar estrategias económico-sanitarias para que el mercado interno no colapse. De no ser así, la economía entraría a una recesión prolongada afectando los programas sociales y de infraestructura estratégicos echando a la borda el proyecto de la 4T.
Coordinador del Laboratorio de Análisis
en Comercio, Economía y Negocios (LACEN). Profesor del Centro de Relaciones
Internacionales, UNAM