El 16 de agosto de 2022, Joe Biden firmó la Ley para la Reducción de la Inflación que creó el Fondo de Reducción de Gases de Efecto Invernadero, con una inversión de 27 mil millones de dólares, cuya meta es abordar la crisis climática, pero el principal objetivo es garantizar la competitividad económica de Estados Unidos.
Biden quiere que la Unión Americana sea nuevamente la cuna del desarrollo tecnológico en el siglo XXI, para ello firmó una Orden Ejecutiva de gran alcance sobre la inteligencia artificial (IA) para preservar la seguridad nacional “Una cosa está clara: para hacer realidad la promesa de la IA y evitar el riesgo, tenemos que gobernar esta tecnología”, dijo Biden el 30 de octubre de 2022.
La Orden exige que las empresas que construyen los sistemas de IA más avanzados realicen pruebas de seguridad, una práctica denominada “red teaming”, y notifiquen los resultados al gobierno antes de lanzar sus productos, para lo cual Biden recurrió a una ley (de 1950, de tiempos de guerra) para regular la IA: la Ley de Producción para la Defensa (Defense Production Act) para exigir que las empresas compartan con el gobierno los resultados de las pruebas.
Tanto la ley para la Reducción de la Inflación como la Orden para Regular la IA tienen como pilar impulsar la electromovilidad a través de la nueva gama de la industria automotriz. Por ejemplo, a partir del 18 de abril de 2023 se otorgan a créditos fiscales de hasta 7 mil 500 dólares, con una excepción: los vehículos que contengan componentes de baterías o materias primas provenientes de “entidades extranjeras de interés (FEOC, por sus siglas en inglés)” ya no calificarán para dichos créditos.
Ello ha abierto un nuevo frente contra China que inició en la OMC un procedimiento de solución de diferencias contra Estados Unidos para salvaguardar sus intereses en el sector de los vehículos eléctricos. Bajo el disfraz de responder al cambio climático, reducir las emisiones de carbono y proteger el medio ambiente las subvenciones de ley para la Reducción de la Inflación preferencia la compra y el uso de bienes procedentes de Estados Unidos, que apuntala la ley Buy American que Biden firmó el 27 de enero de 2021, la cual busca impulsar la compra de productos estadounidenses.
México se ha convertido en un actor importante en la industria automotriz, ocupando el séptimo lugar como país productor de automóviles en el mundo y se ha convertido en un mercado lucrativo para los fabricantes chinos de automóviles. El 6 de marzo, Katherine Tai, representante comercial de Estados Unidos, señaló que la llegada de empresas automotrices chinas a México desplaza a las marcas clásicas estadounidenses. Las marcas chinas que operan en México son: Chirey, MG, BYD, Geely, Omoda, Great Wall Motor, GAC Motor, SEV, Jetour, JAC, BAIC, JMC, Changan y están por ingresar Jaecco y Exeed.
El 16 de marzo, durante un acto de campaña realizado en Ohio, el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos en 2024, Donald Trump, lanzó una amenaza a los fabricantes de automóviles chinos, advirtiendo de un arancel aún mayor si establecen fábricas en México para evadir los aranceles existentes: “Si importamos autos chinos hechos en México, pagarán 100% extra de aranceles en Estados Unidos” dijo el expresidente.
El 20 de febrero, la Alliance for American Manufacturing advirtió que China es una “amenaza existencial” para la industria automovilística estadounidense si utiliza la ruta de México para vender vehículos y solicitó que se impongan aranceles a los automóviles importados de China, incluyendo eléctricos y de gasolina, a través de la Sección 301 impuesta en 2018. Por su parte, el senador republicano Josh Hawley presentó una iniciativa para imponer aranceles de 125% a los vehículos fabricados en China que intenten ingresar a su país vía México.
La Representante Comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, el 6 de marzo anunció su intención de tratar el tema de la sobreproducción de vehículos eléctricos por parte de China durante el proceso de revisión del T-MEC en 2026, sugiriendo que espera que México rechace la inversión china en su sector de fabricación automotriz. La representante comercial de Estados Unidos también mencionó que la renegociación del T-MEC en 2026 será “incómoda”, independientemente de quien gane las elecciones en México y en Estados Unidos. Tai se refirió a tres temas clave en la renegociación del T-MEC en 2026: la revisión de los mecanismos de resolución de controversias, el impacto de China y la crisis climática.
Ray Zou, presidente de BYD México, anunció que su empresa proyecta producir autos en México, pero no tiene como meta la exportación de vehículos a Estados Unidos, pues estará enfocada en atender al mercado local. BYD considera que puede vender entre 40 mil y 50 mil vehículos en el mercado mexicano en 2024.
Otro tema espinoso en la relación de México con China es el proyecto de Ley de Las Américas que fue presentada el 6 de marzo de 2024 por los representantes María Elvira Salazar (R-FL) y Adriano Espaillat (D-NY) y los senadores Bill Cassidy, MD (R-LA) y Michael Bennet (D-CO), para crear una asociación comercial permanente y en constante expansión entre los países del hemisferio occidental y contrarrestar el creciente control de China sobre la manufactura y la geopolítica global. El representante Mike Gallagher (R-WI), presidente del Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre el Partido Comunista Chino, también se unió al proyecto de ley como copatrocinador.
Este proyecto de ley busca expandir el comercio y la inversión entre Estados Unidos y América Latina, con el objetivo de contrarrestar la creciente influencia del Partido Comunista Chino (PCCh). Asimismo, con este proyecto de ley, los congresistas estadounidenses desean la adhesión de países latinoamericanos al T-MEC para contrarrestar la influencia de China en el continente americano. La Ley de las Américas propone crear una asociación permanente de países del hemisferio occidental para facilitar el aumento del comercio, la creación de empleo y el desarrollo, promoviendo al mismo tiempo la prosperidad y la estabilidad en el continente americano.
Asimismo, propone unir a las democracias del hemisferio a través del comercio y de un compromiso con la libre empresa, al tiempo que contrarresta el creciente control de China sobre la fabricación mundial, las cadenas de suministro y la geopolítica y generará resiliencia para las cadenas de suministro estadounidenses y combatirá la influencia de China.
Es decir “América para los americanos” nuevamente. Para ello el presidente número 47 de Estados Unidos impulsará una política comercial proteccionista acorde a la estrategia de seguridad nacional de Washington.
China ha ampliado su presencia en México, principalmente en la “economía verde”. Es principalmente a través del subgrupo de ciberseguridad que se desprende del Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN) donde se presiona a nuestro país para detener la presencia de China en el mercado mexicano.
Profesor del Centro de Relaciones Internacionales y coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios UNAM