México, al igual que el resto del mundo, enfrenta un gran desafío, tal vez el más importante de su historia moderna. La pandemia del Covid-19, provocada por un coronavirus, será para nuestro país una de las pruebas más duras de la historia. Sin lugar a dudas, requerimos de un gobierno fuerte para hacerle frente. ¿Cuáles son los ingredientes clave para lograr estar a la altura de este desafío? Me parece que resultan obligados por lo menos los dos siguientes: Por una parte, el gobierno, además de llevar a cabo una buena gestión de la crisis, debe garantizar a la sociedad información oportuna, que genere confianza, indispensable en situaciones como la que estamos viviendo. Por otra parte, se requiere de una sociedad informada y dispuesta a acatar todas las decisiones que las autoridades sanitarias tomen en las distintas etapas de la pandemia.

Por eso es tan preocupante el encono y la polarización que estamos viviendo en las últimas semanas y que podemos advertir en los discursos tanto de parte del gobierno como de la oposición. Por una parte, amplios sectores de la población y de partidos de oposición, descalificando las políticas públicas aplicadas por las autoridades de salud; y, por otra parte, sectores afines al partido en el gobierno, atacando a quienes critican la acción con calificativos cada vez más fuertes. Así no se puede llegar a buen puerto. Los políticos y los partidos no tenemos en nuestras manos sólo el destino del grupo al que pertenecemos, sino el futuro de la sociedad entera, y estamos obligados a anteponer siempre el interés general; sin ánimo de colaboración, el interés general es siempre inasequible.

No tengo todos los elementos necesarios para juzgar si la actuación de las autoridades en estas primeras etapas de la crisis ha sido buena o mala. Por eso, quiero traer a colación un artículo del diario El País (https://bit.ly/2UhtLzS), en el que entrevistan a quienes encabezan en México la Organización Mundial de la Salud (OMS), los doctores Jean Marc Gabastou y Cristian Morales Fuhrimann, —francés el primero y chileno el segundo—, que es la máxima autoridad mundial en materia de salud, y es también corresponsable en la gestión de la pandemia. De la lectura de la entrevista —que recomiendo—, podemos constatar que la OMS respalda lo actuado por nuestro gobierno en estas primeras etapas de la crisis. Y, créanme, que en el momento que vivimos, no es poca cosa. Creo que también es momento de que los mexicanos demos un voto de confianza a quienes tienen la responsabilidad de gestionar la emergencia.

Al final del día, como dice Gabastou en la citada entrevista, “las lecciones llegarán cuando acabe la epidemia. Entonces cada país o institución hará su evaluación de las medidas que fueron favorables y las brechas que habrá que corregir en el futuro”.

México enfrenta una de las pruebas más duras de su historia. Tenemos ante nosotros una gran amenaza de la que debemos intentar salir lo mejor librados posible. Por eso la debemos enfrentar en condiciones de unidad. Los años por venir no van a estar exentos de complejidades, lo cual nos va a exigir nuestro mayor esfuerzo, inteligencia y creatividad para enfrentarlas. En el complicado proceso de gestión de las distintas etapas de la pandemia que deberán llevar a cabo las autoridades sanitarias de nuestro país, van a requerir del apoyo de todos, pero, para lograrlo, es indispensable que la autoridad clarifique objetivos y genere información adecuada y veraz hacia la población. Así, y sólo así, la ciudadanía quedará convencida de que el gobierno de México estuvo a la altura de las circunstancias, ese es el reto.

Abogado. @jglezmorfin

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