No se puede obviar el rechazo y la preocupación que ha provocado el anuncio hecho el pasado lunes por el Presidente Andrés Manuel López Obrador de que esta misma semana publicará un acuerdo para que la administración y mando de la Guardia Nacional pasen a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional. Independientemente de que ya se ha hablado mucho de lo peligroso que puede resultar para el país la militarización de las instancias responsables de la seguridad pública, de implementarse la medida anunciada por el Presidente mediante un acuerdo administrativo, se estaría ante una violación flagrante a la Constitución que nos rige, que en su artículo 21 señala con claridad la imposibilidad de implementar lo que quiere el Presidente. Cito textualmente lo que mandata nuestra Constitución. Artículo 21, párrafo décimo: “Las instituciones de seguridad pública, incluyendo la Guardia Nacional, serán de carácter civil, …” Párrafo décimo primero: “La Federación contará con una institución policial de carácter civil denominada Guardia Nacional, …” Párrafo décimo segundo: “La ley determinará la estructura orgánica y la dirección de la Guardia Nacional, que estará adscrita a la secretaría del ramo de seguridad pública, …”

Además hay que agregar que el Presidente López Obrador ha enviado al Congreso una iniciativa de reforma constitucional en el mismo sentido. Dicha iniciativa está siendo discutida en comisiones. El Presidente sabe que los cambios que pretende hacer en los mandos de la Guardia Nacional requieren sin lugar a dudas un cambio a la Constitución, por eso mandó la iniciativa. Pero también sabe que no cuenta en el Congreso con los votos suficientes para sacarla adelante. La verdad, no entiendo el por qué de los cambios que quiere hacer el Presidente, en la práctica, todos sabemos que “de facto” la Guardia Nacional está en el ámbito de las fuerzas armadas.

El tema de la seguridad sigue siendo una de las mayores preocupaciones de la sociedad. Hay la percepción de que las cosas van de mal en peor. Las decisiones tomadas por los distintos gobiernos en los últimos años no han dado los resultados esperados. La violencia y la inseguridad han alcanzado niveles inquietantes. El enojo y el desencanto de los ciudadanos va en aumento.

Al inicio de su gobierno, como es de todos sabido, el presidente López Obrador impulsó la creación de la Guardia Nacional. Se nos dijo en ese momento, que este nuevo cuerpo se encargaría de llevar a cabo las tareas que en materia de seguridad venían realizando durante los últimos años el Ejército Mexicano y la Armada de México. Evidentemente esto no se ha logrado.

No tengo duda de que las fuerzas armadas son lo mejor -en algunas regiones, lo único- que tiene el país para controlar la violencia y enfrentar a las organizaciones criminales que han puesto en duda nuestra viabilidad como nación. Pero también es indispensable y urgente que, aunque sea paulatinamente, la Guardia Nacional adquiera su carácter civil que le dio origen. Es urgente la construcción de un cuerpo de seguridad civil debidamente capacitado y certificado para poder aspirar a que algún día nuestro país vuelva a tener la seguridad que demandan nuestras familias.

Abogado  
@jglezmorfin

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