El Presidente de la República ha hecho llegar al Congreso una propuesta de reforma electoral. Inmediatamente después, los dos más importantes partidos de oposición en México, además de manifestar su abierta oposición a lo propuesto por el Ejecutivo, han dado a conocer sus propuestas de reformas al marco jurídico electoral. Sacar adelante -en las condiciones de polarización que estamos viviendo en México- modificaciones en materia electoral, representa un enorme desafío. Aún está muy fresco lo que sucedió con la reforma eléctrica del Presidente de la República, que finalmente fue rechazada por la Cámara de Diputados, luego de una discusión escandalosa que acabó provocando un gran desgaste al gobierno y a la oposición.

¿Cuáles son los ingredientes claves para lograr estar a la altura de ese desafío? Me parece, como siempre, que el diálogo y la voluntad para llegar a acuerdos van a ser fundamentales. El Congreso es el espacio privilegiado para confrontar puntos de vista y opiniones de todos. Si lo que se quiere realmente es mejorar el marco jurídico electoral, es indispensable actuar con tolerancia, respetando el derecho de todos a ser escuchados, con la convicción democrática de que los acuerdos no implican la búsqueda de unanimidades perfectas, sino mayorías que resultan de la suma de votos.

Es cierto que al comparar las propuestas presentadas por el Ejecutivo y por los partidos de oposición, se encuentran muy pocas coincidencias; también es cierto, que en la propuesta del Ejecutivo se advierte, una vez más, el deseo de destruir las instituciones electorales que han sido fundamentales para los avances democráticos que como país hemos logrado en los últimos años. Esto, por ningún motivo se debe permitir. Sin embargo, considero que hay otros temas que sí se deben de abordar. Me voy a referir a dos temas que son muy sensibles para la sociedad y que en la discusión no deben obviarse.

Está el tema del financiamiento público. A ojos del ciudadano, el dinero que se entrega a los partidos políticos es excesivo y no se justifica. Dos de las propuestas, la del Ejecutivo y la del PRI, plantean -aunque de distinta forma- una reducción del mismo. Hay razones que justifican que el Estado otorgue financiamiento a los partidos políticos pero no en los montos actuales, debe racionalizarse.

También creo que es necesario abordar con seriedad el tema del tamaño del Congreso. Con matices distintos, las propuestas del PRI y del Presidente plantean una reducción en el número de diputados. Lo importante, creo yo, es que la fórmula que se acuerde, debe cuidar que el número de legisladores se acerque lo más posible al porcentaje de votos que obtenga cada partido, respetando el derecho de las minorías.

Finalmente, una nueva reforma en materia político-electoral debe tener un objetivo fundamental: cerrar la brecha que divide a ciudadanía y política. Si se abordan de cara a la sociedad los temas que a lo largo del tiempo han sido más sensibles, se estará dando un paso en la dirección correcta. Cerrar los ojos como si no pasara nada, como si todo estuviera bien, dará armas y argumentos a quienes sólo quieren destruir lo que hasta ahora ha funcionado.

Abogado 
@jglezmorfin

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