Hace diez días se realizaron las elecciones en Coahuila y Edomex y, como se esperaba, Morena y sus aliados obtuvieron el triunfo en el Estado de México y la alianza opositora lo obtuvo en Coahuila. El INE una vez más pasó la prueba. Prácticamente no hay impugnaciones y quienes resultaron ganadores tomarán, cuando corresponda, posesión de sus cargos sin contratiempos. Falta menos de un año para el 2 de junio del 2024, día en que se llevará a cabo la que sin duda será la madre de todas las elecciones. Morena y sus aliados ya pusieron las cartas sobre la mesa, todos sabemos lo que va a suceder: el presidente López Obrador decidirá quién será su candidato y lo formalizará el 6 de septiembre. ¿Y, la oposición? ¿Alianza opositora? ¿Alianza ciudadana? ¿Con qué armas? ¿Con qué propuesta?

Hoy el Partido Acción Nacional tiene una gran responsabilidad de cara a los ciudadanos. El momento que estamos viviendo será particularmente significativo: tendrá que tomar decisiones que redefinirán una nueva etapa para el partido que, en su brega de eternidad, ha sido uno de los principales impulsores de las libertades y derechos que hoy gozamos los mexicanos. Es un hecho que el México contemporáneo no puede explicarse sin Acción Nacional y el México mejor, que todos deseamos, sólo podrá construirse con la activa participación del PAN.

Los retos son enormes, superarlos va a requerir el esfuerzo, compromiso y, sobre todo, de lo mejor de cada uno de los panistas, particularmente de sus dirigentes. En una hora de definiciones hay que actuar con altura de miras y con generosidad. Hoy el reto es encontrar los caminos para establecer un diálogo franco y directo con la ciudadanía. Sólo con el apoyo y respaldo ciudadano podrá el PAN impulsar una transformación para que nuestro país recupere los años perdidos y así alcanzar un mayor bienestar para todos los mexicanos.

Se debe poner la mayor atención a los jóvenes, alinearnos a sus aspiraciones, comprender sus inquietudes e impulsar su energía creativa para solucionar problemas. El PAN debe contagiarse del espíritu audaz y atrevido con el que la juventud está empujando el cambio. Los jóvenes se detienen poco en la derrota, aprenden de inmediato de ella y van a lo que sigue. No podemos darnos el lujo de frenar ese impulso, esas ganas de salir adelante pese a las adversidades. Ese espíritu transformador lo debe de recuperar el PAN; finalmente, fueron jóvenes ciudadanos los que fundaron al Partido Acción Nacional.

Los resultados electorales del PAN no han sido buenos en los últimos años. Es momento de corregir lo que se ha hecho mal, mejorar lo que ha dado resultados e innovar para estar en sintonía con los ciudadanos de a pie, con el México actual que ahora demanda más calidad en su vida democrática y más ciudadanía en la toma de decisiones. El tiempo apremia. Los retrocesos son más que evidentes. Todas las respuestas pasan por ensanchar el camino que permita una mayor participación de los ciudadanos y al mismo tiempo ayude a sumar y no a dividir, para multiplicar en lugar de restar y para recuperar ese espíritu que por momentos parece extraviado: que el PAN no nació para ser un fin en sí mismo, sino para ser instrumento en manos de la ciudadanía.

Abogado@jglezmorfin

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