Con la revolución de las tecnologías de la comunicación y la cada vez mayor presencia de las redes sociales, la sociedad se ha vuelto mucho más crítica de las propuestas planteadas por los partidos políticos en tiempos electorales y le da mucho mayor importancia a quienes son los candidatos que abanderan esas propuestas. De esa manera, los tiempos actuales permiten a la ciudadanía más y mejores canales de comunicación para decidir democráticamente quienes serán sus representantes populares.
Podemos decir que con plena libertad para elegir a quienes serán nuestros gobernadores y alcaldes y a quienes queremos como representantes en la Cámara de Diputados, los mexicanos tenemos dos responsabilidades básicas.
Por un lado, los partidos tienen la responsabilidad de presentar propuestas sólidas y claras a la ciudadanía, y candidatos capaces de ponerlas en práctica, y con una trayectoria que avale su idoneidad para el cargo. Y, por otra parte, los ciudadanos tenemos la responsabilidad de conocer esas propuestas, de compararlas y contrastarlas, de conocer el antes y ahora de lo que han hecho dichos partidos políticos, y, muy importante, conocer los antecedentes y la trayectoria de sus candidatos, saber con precisión qué hicieron y qué dejaron de hacer y a qué intereses responden.
Sin duda, y qué bueno que así sea, la mayor parte de la responsabilidad recae en el ciudadano; él es quien tiene que lidiar con los trucos mediáticos, publicitarios y mercadotecnia electoral que despliegan unos y otros durante el periodo electoral. Pero precisamente la esencia de la democracia es que el ciudadano de a pie sea quien decida con su voto qué clase de gobierno quiere y heredará. Decidir no es sencillo, hay que estar bien informado.
Veo con satisfacción el hecho de que hoy las mexicanas y los mexicanos contamos como nunca antes con una cantidad importante de información para decidir nuestro voto. Ello se debe, en buena medida, a la revolución en las tecnologías de la información y al crecimiento exponencial de las redes sociales, pero también a la amplitud del acceso a la información gubernamental y a la libertad de prensa y de expresión de que hoy gozamos los medios y los ciudadanos. Los espacios para simular realidades, fallas o trayectorias (lo estamos viendo con toda claridad en el caso de un candidato a gobernador en el Estado de Guerrero) se han reducido considerablemente. También es satisfactorio constatar que aunque faltan un poco más de tres meses para la elección y aún no han dado inicio las campañas, ya se puede percibir una activa participación ciudadana enfocada a dar seguimiento a partidos y candidatos.
Hoy que afortunadamente contamos con una ciudadanía más y mejor informada, es deseable una mayor exigencia a partidos y aspirantes. Eventos, imágenes y mensajes sin contenido no deben ser suficientes para convencer a un electorado que quiere un mejor futuro y que sabe que la clase política le ha quedado a deber.¡Qué bueno que la exigencia sea una herramienta! Hago votos para que gobiernos, partidos y candidatos estén a la altura de su responsabilidad.
Abogado
@jgezmorfin