Durante las últimas dos décadas, el Poder Legislativo ha sido una de las arenas más concurridas en la lucha por la transformación nacional; ello debido a la gran cantidad de corrientes ideológicas y visiones que ahí concurren. Es indispensable que todos los grupos parlamentarios que habrán de integrar la Cámara de Diputados de la LXV Legislatura trabajen con responsabilidad, estén abiertos al diálogo y velando por la rendición de cuentas; de esa manera se refrendará el principio originario de representación que poseen tanto los diputados como los senadores en el Congreso de la Unión.
El Poder Legislativo es la ruta por la que necesariamente debe transitar la transformación del país. En el México democrático de hoy no puede ser de otra forma. Una nueva Legislatura representa también una nueva oportunidad de modificar la forma en que se relacionan el Ejecutivo y el Legislativo. Durante la Legislatura que está por fenecer, vimos como desde el Ejecutivo se tuvo siempre la tentación autoritaria de avasallar e imponer, en lugar de privilegiar el diálogo y la negociación de cara a la ciudadanía. Los resultados de la última elección producirán al interior de la Cámara que se renueva cambios importantes: el número de diputados que tendrá cada grupo parlamentario se parece mucho al porcentaje de votos que su partido obtuvo en la elección y ningún grupo parlamentario tendrá por sí mismo la mayoría absoluta de los votos. La integración de la nueva cámara, es más acorde con la realidad del país. La nueva correlación de fuerzas hará necesario un mayor esfuerzo de diálogo para sacar adelante los acuerdos.
Este parece, entonces, un momento propicio para iniciar una nueva etapa de concertación y diálogo entre las fuerzas políticas del país con miras a la aprobación de las transformaciones de fondo que necesita México.
En los próximos meses el Congreso será la principal arena en la que se dará la batalla por la transformación de México. Cada legislador, a través de acciones tangibles, tiene desde ahora el reto de ser -apelando a las mejores prácticas parlamentarias- un impulsor de decisiones que contribuyan a buscar el reencuentro con los intereses ciudadanos. Tienen la obligación de siempre poner por delante el interés ciudadano, nada por arriba de éste y nada debajo del mandato que les dimos con nuestro voto el pasado primero de junio millones de mexicanos y mexicanas.
Hoy más que nunca los legisladores están obligados a dar respuestas, sin titubeos ni simulaciones, a las demandas ciudadanas y a construir mayorías dirigidas a elevar el bienestar de las familias mexicanas. En diversas ocasiones hemos dicho que la tarea del legislador, como representante, en su encomienda de diputado o senador, es ajustar el marco legal a las necesidades de la sociedad mexicana. Esa es sin lugar a dudas la tarea que tienen por delante.
En suma, México tiene ante sí enormes desafíos pero también grandes oportunidades. La Cámara de Diputados debe dejar de actuar como un apéndice del Ejecutivo; tiene la gran oportunidad de revalorarse de cara a la sociedad mexicana; debe favorecer un clima de entendimiento que contribuya a lograr los acuerdos que México necesita.
Abogado