Las elecciones del 2 de junio del 2024 tendrán lugar en un entorno muy distinto al de ocasiones anteriores. Además de los miles de cargos públicos que se renuevan en todo el país, muchos más que en otros procesos electorales, lo que está en juego son los indudables avances democráticos que los mexicanos hemos ido logrando a lo largo de tres décadas a un costo muy alto y que en los últimos años se han puesto en riesgo. Por lo que estamos viviendo, no es exagerado decir que lo que está en juego en esta elección es nuestro régimen democrático y, en buena medida, el futuro de nuestro país.

Hace cinco años, una decisión democrática le otorgó al presidente López Obrador un poder casi absoluto. En el 2024, también de manera democrática, cuando se renuevan los poderes Legislativo y Ejecutivo, podremos dar un golpe de timón y, con nuestro voto, darnos autoridades que recuperen el sistema de pesos y contrapesos y el equilibrio entre poderes que, con un alto costo, se ha perdido durante los últimos cinco años. Esa es la esencia de la democracia: el voto da, el voto quita.

Por eso, el acuerdo del “Frente Amplio por México” anunciado el pasado lunes por un gran número de organizaciones de la sociedad y tres partidos políticos resulta tan importante en estos momentos. Los partidos y los organismos de la sociedad unidos para construir juntos una propuesta de gobierno y una candidatura que la haga viable, poner límites al poder concentrado en una sola persona y generar los contrapesos que son indispensables en cualquier democracia. Así y sólo así, podremos impedir que el presidente cambie la Constitución a su antojo con el consentimiento de un Poder Legislativo abyecto y cómplice, evitar que cumpla la amenaza de desaparecer al INE y al INAI para controlar a su antojo los procesos electorales y poner fin a los avances que hemos logrado en materia de transparencia y, ahora también, su intención de acabar con el Poder Judicial para tener uno afín a sus intenciones.

Por el bien del país y por las próximas generaciones, espero que el año próximo gane la opción política que genere los contrapesos necesarios para que no se pongan en riesgo todos los avances democráticos que como sociedad hemos logrado. Considero que el Frente Amplio por México (aunque el proceso que diseñaron para la elección de quien lo habrá de encabezar parece complicado y riesgoso) es un buen inicio. Ahora toca cuidar el proceso para que quien obtenga la candidatura cuente con el apoyo de todos y sea una opción muy competitiva.

Lo que suceda en la elección del 2 de junio del 2024 será decisivo para todos. Las mexicanas y los mexicanos vamos a votar para elegir al presidente de la República, 500 diputados federales, 128 senadores, ocho gobernadores y la jefatura de Gobierno de la capital del país, además de un gran número de diputados locales, alcaldes y regidores. Pero lo realmente importante no radica en el número de posiciones en disputa, sino en el rumbo que daremos al país. Enhorabuena por el acuerdo logrado por las organizaciones de la sociedad y tres partidos políticos. Sin duda, es una buena noticia teniendo en cuenta los desafíos que tendrá que enfrentar la próxima administración.

Abogado

@jglezmorfin

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