“Aquí nadie viene a triunfar ni a obtener; que sólo un objetivo ha de guiarnos: el de acertar en la definición de lo que sea mejor para México”. Estas palabras de Manuel Gómez Morin, fundador del Partido Acción Nacional, en su informe a la Asamblea Constituyente del partido, cobran especial relevancia y siguen estando tan vigentes como lo estuvieron en 1939.

La fundación del PAN fue motivada por la imperiosa necesidad impulsar la democratización del sistema político mexicano; en todos los avances democráticos que como país hemos logrado, Acción Nacional jugó un papel protagónico. Lo que estamos viviendo en México, que puede significar un enorme retroceso democrático, hace indispensable que el PAN, como instrumento ciudadano que es, encabece a la sociedad en la defensa de nuestras instituciones y de nuestra democracia.

Los resultados electorales de la pasada elección, no deben verse con triunfalismo. Si bien es cierto que en lo que se refiere a la integración de la Cámara de Diputados el PAN logró avances importantes, es indudable que el partido en el gobierno y sus aliados, fueron los grandes triunfadores en las elecciones locales y conservan la mayoría absoluta en ambas cámaras del Congreso de la Unión. Y, seguramente en la Legislatura que está por iniciar, seguirán con su estrategia de destrucción de nuestras instituciones democráticas.

Ahora que el PAN ha iniciado el proceso de renovación de sus cuadros directivos, es indispensable no perder el foco de hacia dónde se deben de dirigir los esfuerzos del partido. Acción Nacional es el único partido en el México del siglo XXI con una sólida vida institucional, en el cual las decisiones se toman de manera colegiada a partir del debate de ideas y propuestas, esto es algo que nunca se debe de perder. En el PAN no hay hombres fuertes, caudillos ni tribus, hay opiniones diversas, convergentes y divergentes que corresponden a una pluralidad natural, por lo que al final del día prevalece el interés del partido y, en consecuencia, el interés de nuestro país. Ésta es la fuerza del partido. Ello explica por qué Acción Nacional en ninguna elección federal o presidencial se ha jugado su destino.

Una nueva dirigencia representa la oportunidad de recuperar la vitalidad del partido y la energía de los panistas a la hora de poner manos a la obra: corregir lo que se ha hecho mal, mejorar lo que ha dado resultados e innovar para estar en sintonía con lo que espera la sociedad. El México actual requiere más calidad en su vida democrática y más ciudadanía en la toma de decisiones de gobierno. La renovación de su dirigencia es la oportunidad del PAN para devolverle a la sociedad la esperanza de contribuir a un México mejor. El reto es –respaldados en los principios y valores que son su fuerza- encarrilar al partido en la ruta de las mejores prácticas de gobierno con la misión de buscar en todo momento lo mejor para México.

Para Acción Nacional la lucha es permanente, la búsqueda del bien común es premisa fundamental y hoy se presenta la oportunidad de revisar, de mirar la ruta recorrida y ensanchar el camino que permita una mejor integración ciudadana, para construir la opción que los mexicanos están esperando.

@jglezmorfin
Abogado

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