El pasado domingo, cientos de miles de mexicanos salimos a las calles en muchas ciudades del país y dimos la cara en defensa de l Instituto Nacional Electoral (INE). Tuve el orgullo de participar con mi familia en la marcha de la ciudad de México, la más numerosa del país, y pude ver como decenas (o cientos) de miles de ciudadanos, de manera ordenada y respetuosa, sin ofender a nadie, dijeron “ya basta”, al intento del gobierno de aprobar una reforma electoral que pretende acabar con una institución clave en el desarrollo democrático de nuestra nación.

Hay, en lo sucedido el domingo, dos cosas que me llaman mucho la atención: En primer lugar, vimos por primera vez como la gente salió a la calle en defensa de una institución, eso no había sucedido nunca. Habla del reconocimiento que a lo largo de los últimos 30 años se ha ido ganando con su actuación el INE (antes IFE). Independientemente de que el INE, como cualquier otra institución es perfectible, ha mostrado a lo largo de los años su fortaleza e independencia y ha dado sobradas muestras de su imparcialidad y su capacidad para organizar comicios, aún en condiciones a veces muy difíciles. Más allá de las pulsiones políticas del momento, el INE se ha fortalecido a lo largo de tres décadas y hoy es un baluarte de nuestra democracia. Los próximos procesos electorales del 2023 y, sobre todo del 2024, se darán en un marco de polarización como no se había visto antes en nuestro país y vamos a requerir de una autoridad electoral independiente y fuerte, con probada capacidad para sacar adelante procesos que se vislumbran sumamente complicados. El INE ha demostrado que puede hacerlo.

En segundo lugar y lo que más me llama la atención, es que vimos a una sociedad viva, que no está dispuesta a dejarse. Una sociedad que ha despertado y que no está dispuesta a perder lo que tanto tiempo costó construir. No hay ninguna duda: el mérito de las marchas del domingo es de la sociedad civil, ningún partido político lo hubiera podido lograr. Todos pudimos constatar la fuerza que puede llegar a tener la sociedad civil organizada en defensa de sus derechos. Qué importante poder constatar que el INE cuenta con un enorme respaldo ciudadano.

¿Qué resultados podemos esperar de la marcha del pasado domingo? Primero que nada, que se dé marcha atrás a la reforma con la que se pretende acabar con el INE y otras instituciones electorales. Creo que, por lo que toca al Presidente, no servirá de nada, nada cambiará. Sin embargo, creo que sí puede servir para que algunos legisladores que han coqueteado con la idea de apoyar la reforma y que podrían dar los votos que le hacen falta al gobierno para aprobarla, lo piensen dos veces. Hay una sociedad viva, pendiente de lo que será la actuación de cada legislador.

Hace apenas poco más de tres décadas, México no era una democracia. Las elecciones las organizaba el gobierno a través de la Secretaría de Gobernación y las calificaba el Congreso, siempre dominado por un partido hegemónico. Opacidad y abuso engendraron una cultura de desconfianza; para mucha gente, los comicios eran una farsa en la que no valía la pena participar. No permitamos una vuelta atrás.

Abogado.
 @jglezmorfin

Google News

TEMAS RELACIONADOS