Pero qué necesidad hay de hacer la consulta para enjuiciar a los expresidentes.
¿En verdad esa es la prioridad del pueblo de México? ¿Ese es el clamor popular en estos días de pandemia y sus consecuencias? ¿Había necesidad de poner en una encrucijada a la Suprema Corte? ¿Vamos a gastar en ese proceso, lo que el INE ha dicho que va a costar, cuando se buscan fondos para combatir la pandemia, extinguiendo fideicomisos?
Parafraseando el inicio de un clásico texto comunista, lo que pasa en realidad, es que ¡¡el fantasma del desempleo y la contracción económica recorre al país!!
Si realizamos una encuesta, bien hecha, de qué tema preocupa más, en cualquiera de los estratos sociales, la respuesta sin duda será la falta empleo y asegurar la viabilidad de las pequeñas y medianas empresas. Nunca, si se enjuician o no a los expresidentes.
Una de las reglas no escritas de la política, nos dice que quien se instala como gobernante, por la vía del voto popular, desde el primer día de su mandato, debe razonar, tomar decisiones y trabajar, pensando en cómo quiere que sea el primer día, en que ya no sea gobernante.
Todos quienes hemos tenido el privilegio de gobernar, somos sujetos del juicio popular y del análisis histórico, independientemente desde luego, de los asuntos legales, una vez que dejamos el encargo. El poder Ejecutivo tiene una característica, que solo una persona a la vez lo ocupa, con todas sus facultades. Y exactamente en el momento que el nuevo gobernante asume funciones, quien sale, deja toda capacidad de influencia, porque Titular de un Poder Ejecutivo solo es uno.
Quien piensa que, al dejar el poder, va a seguir teniendo influencia, generalmente se decepciona. El nuevo mandatario o mandataria, no reconoce mayor jettatura, que su investidura misma. Esa es la historia de las sucesiones en México y en el mundo.
Por ello deben poner mayor análisis, quienes hoy se afanan por que la consulta se haya declarado constitucional, porque se apruebe su proceso y se desarrolle por el INE. Por una parte, no se sabe cuál va a ser la respuesta de la gente. En caso de que se aprueben los recursos, mismos que no tenemos, veremos si el ánimo de los miles de ciudadanos, que serán llamados para atender las urnas, estará a tono con ese ejercicio. El país estará recuperándose, del proceso electoral, más competido y más comprometido de la historia. Si no se desarrolla cabalmente la consulta en todas sus facetas o la ciudadanía no sale a votar, será un fracaso para todas las instancias involucradas.
Pero retomando el sentido inicial, en todo caso quedará la puerta abierta, para que en cada sexenio, en el momento en que el mandatario en turno, sienta que la opinión pública no le favorece y que ello demerita su legitimidad y ya no le baste con echarle la culpa al anterior, para distraer la atención y erigirse como gran procurador de justicia y recuperar credibilidad, siempre tendrá la opción de realizar una consulta, para que el pueblo pida que se juzgue a su antecesor, así considere, que le debe, el haber llegado.
Hoy se están venciendo los obstáculos, puliendo la narrativa y legitimando a la consulta. Pero el cadalso ya quedará construido. Así como se pretende utilizar ahora, se podrá aplicar la medida, en el futuro. O como dice el dicho mexicano, con la vara que mides, serás medido. Debieran pensarlo muy bien.
Exgobernador de Hidalgo