Ya son muchos los temas que están en la controversia nacional y por lo tanto, son muchos frentes de batalla, que le abren al Presidente López Obrador, sin que le ayuden a resolverlos. El equipo está pasmado, desorientado y preocupado por la reciente ausencia y sin poder consultar las posibles soluciones, dado que solo el jefe resuelve y él, no ha estado presente, por cuidar de su salud.
Veamos algunos ejemplos de los problemas. La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez , al comparecer ante los medios, recién tomó posesión de su encargo, se esmeró por afirmar que en lo que va del presente gobierno, los indicadores delictivos, habían mejorado mucho. Dio desde luego sus cifras, que contrastan con las de organizaciones civiles, que también observan datos y números. Pretendió con ello avalar el trabajo del anterior secretario, Alfonso Durazo Montaño, ahora candidato al gobierno de Sonora. No evitó la tentación de comparar los resultados con el sexenio anterior. La realidad es que, en estos dos años, todos los delitos han aumentado, ninguna curva se aplana por más que se maquillen las cifras. Así no le ayudan al Presidente. En lugar de echar las campanas al vuelo, simplemente debió comprometerse frente al futuro, por una buena gestión. Si no rinde pronto buenas cuentas, sus datos se le van a revertir.
Llamó la atención que la secretaria Rodríguez se comprometiera a combatir a la violencia contra la mujer. Como si ese grave fenómeno, solo requiriera de la intervención policiaca. Los organismos para la prevención, la atención, la sanción y la erradicación, están en la Secretaría de Gobernación. Si no hay la adecuada coordinación entre estas dos secretarías, que casualmente son encabezadas por mujeres, no le estarán ayudando al Presidente.
Entre más se esfuerzan algunos secretarios y subsecretarios, por afirmar que sí se compraron las vacunas para prevenir el Covid, que sí tienen un plan nacional de vacunación, que sí pagaron las vacunas pedidas, mas surge información que pone en duda tanto la compra oportuna, como que estén llegando al país las vacunas suficientes. Y del plan de distribución, favoreciendo a los maestros de Campeche, a los servidores de la nación y otros privilegiados, nadie sabe en qué consiste realmente. Y todos piensan que así le ayudan al Presidente.
En el Congreso de la Unión, las cosas no son distintas. En la agenda legislativa que está pendiente de desahogarse, tanto en la Cámara de Senadores como en la de Diputados, hay no menos de 60 iniciativas de gran interés, ya sea para el propio Presidente, para algunas Secretarías de Estado y las de varios diputados y senadores, sobre todo de Morena. Pero resulta que la gran mayoría de los actuales diputados federales, pretenden reelegirse.
Quienes estarán en las listas de candidaturas plurinominales, podrán seguir en las sesiones, pero quienes van por elección de mayoría, se van de campaña. La pregunta es: ¿y su responsabilidad actual, no cuenta? ¿Así es como le ayudan al Presidente?
Y en los temas específicos por legislar, como la reforma para eliminar el outsourcing, al titular del Poder Ejecutivo, le dicen que los empresarios abusan de los trabajadores en ese sistema, por ello proponen su desaparición, pero casualmente el principal promotor de la reforma, es un líder sindical y actual senador, cuya historia de presión y chantaje a la industria minera, por medio de su sindicato, trajo como resultado la quiebra de muchas empresas. Al pretender eliminar el outsourcing, solo busca cambiar de explotador, pero no solo de los trabajadores, también lo será de las empresas. Si al Presidente no le recuerdan la historia de ese sindicato, no le están ayudando.
Finalmente, en la iniciativa para eliminar algunos de los organismos autónomos, hay detalles fundamentales que los expertos en Derecho Constitucional de su equipo, no le están diciendo al gobernante nacional. Estos son órganos de Estado, que surgen como una trascendente transformación en la evolución democrática del país. Los crea el Poder Legislativo, para controlar así, el desmedido y absoluto poder, del Poder Ejecutivo, para garantizar la transparencia en la toma de decisiones y sobre todo, para dotarlos de personal especializado y calificado en cada rama de intervención. Eliminarlos sería un golpe histórico para el Legislativo y un retroceso para la vida democrática de México. ¡Por favor, ayúdenle al señor Presidente!