El pasado miércoles 19, se reunió en San Luis Potosí la Conferencia Nacional de Gobernadores, con la magnífica anfitrionía del gobernador Juan Manuel Carreras López, Esta reunión sin duda sentó precedentes. Se realizó con la siempre necesaria presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, prácticamente con todo el gabinete federal y se convocó con los mejores propósitos.
La Conago, surge al rededor del año 2001, como reacción a la falta de entendimiento entre gobernadores con origen partidario distinto al presidente Fox, que recién había iniciado funciones. No obstante que los priistas, mostraban respeto y apoyo, el recelo del nuevo régimen era grande. Al principio no todos, “se atrevieron” a reunirse, sin la autorización del presidente. México tiene una tradición presidencialista muy arraigada. Y mucho menos los de origen panista, dado que no les “daban permiso”.
Con el tiempo la primera generación de la Conago, demostró ser absolutamente institucional. Nunca fue un sindicato o grupo de presión. Acreditaron priistas y perredistas, que solo buscaban un espacio de diálogo y entendimiento mayor con el gobierno federal. Que se reconociera que son los Gobernadores y la Jefa de Gobierno, las instancias que mayormente conocen los problemas de la población, dada su cercanía y permanente contacto. Entre la Federación y el pueblo, el mejor hilo de comunicación, han sido y son los gobiernos locales.
Finalmente, el expresidente Fox reconoció esta organización, la avaló y acudió a las reuniones junto con los gobernadores panistas. Así tomó vida institucional y se hizo permanente. Es cierto que no está constituida formalmente y tampoco es reconocida por la Constitución de la República. Sin embargo, sí tiene y se cumple, un reglamento interior, además que cada integrante, a lo largo de los años de vigencia, le han dado la seriedad y la importancia necesaria.
A partir de entonces, todos los presidentes, la han reconocido, procurado y atendido. Y si bien nunca se han acordado grandes reformas entre ambas instancias, las propuestas y mensajes, has sido precedente de decisiones importantes para México.
Mucho extrañó lo sucedido en San Luis Potosí, hubo presiones para generar acuerdos, un grave desaire para la comida de cierre y la amenaza de “desaparecer” a la Conago.
Ante estos hechos debemos recordar que la vida de la Conago, no depende de la voluntad o de los acuerdos con el gobierno federal. Tampoco sus reuniones se deben sujetar, para celebrarse, a contar con la presencia del presidente. Debe tener vida propia, como fue su origen, y funcionar de manera independiente.
Ha sido útil para que los gobernadores intercambien experiencias, para concertar apoyos, sobre todo quienes comparten límites territoriales, para realizar estrategias y propuestas regionales. Funcionan o debieran hacerlo, comisiones de temas diversos en apoyo de mejorar programas y políticas públicas locales.
La Conago, ha favorecido la comunicación, enriquecido el diálogo y el acuerdo, por encima de posturas, intereses o ideas parciales. Tan es así que sus acuerdos, se toman por estricto consenso y no por votación.
A los gobernadores sin duda les ha ayudado formar parte. Se fortalecen amistades, mejoran su imagen quienes presiden y logran acuerdos directos con sus pares, en charlas que difícilmente se dan en otro momento.
Siempre será fundamental el reconocimiento mutuo entre la Conago y la federación. Pero no debe desaparecer por la inquietud de unos cuantos. No depende de una sola voluntad. Mientras se reúna la mayoría, habrá representación nacional. La Conago es importante para México.
Exgobernador de Hidalgo