El Universo Marvel tiene un nuevo grupo de héroes en los Eternals (2021) —cuarto filme de la sensitiva Chloé Zhao—, que proviene de lo sucedido en Avengers: endgame (2019).
Los Eternos son extraterrestres que cuidan la Tierra y sus habitantes de la posible amenaza de otra raza alienígena, los Desviantes. En el grupo, bastante nutrido y complejo, sobresalen Sersi (Gemma Chan), Ikaris (Richard Madden), Thena (Angelina Jolie) y destacadamente Ajak (Salma Hayek), quienes, viviendo en el postapocalipsis consecuencia de lo acontecido en Avengers, recomponen la mitología del Universo Marvel.
Para la directora Zhao, experta en hacer delicadas estampas de la vida estadounidense cual si fueran cuadros miniatura llenos de pormenores, tipo Nomadland, donde la historia es exigua en hechos, los personajes pocos y el ambiente se contempla estudiando sus minucias cotidianas, encargarse de una superproducción como ésta era un reto. Aquí escribe, junto con sus guionistas Patrick Burleigh y Ryan & Kaz Firpo, un gigantesco mural que opta, justo, por presentarlo con suficientes miniaturas. Quiere esto decir que para enunciar con precisión quiénes son los Eternos, sus motivaciones y sus diferencias, le da énfasis a las escenas intimistas que protagonizan.
Zhao, en esta ejemplar cinta de autor sobre la fragilidad humana, cumple las expectativas dándole mayor valor a los afectos que a los efectos especiales; muestra con levedad el súper heroísmo desde la perspectiva del viejo estilo humanista, social y sentimental hollywoodense.
Zhao realiza una elegante y sutil súper producción. Con vertiginosas acciones, homenajea a la llamada Era de Plata de los cómics, actualizando el estilo del influyente dibujante y autor Jack Kirby, quien dio a conocer a los Eternos el 1 de julio de 1976. El filme pondera lo emocional que requiere una trama como ésta. Por ello nunca decae como buen espectáculo.