La directora chino-estadounidense Chloé Zhao, primera en ser nominada por la Academia como Mejor directora, productora, guionista y editora por su tercer filme, Nomadland (2020), brillante exploración sobre la vida a la deriva, ganó ya el premio de los sindicatos de producción y dirección, y está cerca de obtener los Oscar respectivos.
El espíritu de Zhao, en esta asimismo inteligente translación autobiográfica, está en el nomadismo que traspasa culturas, las que concentra en el medio oeste estadounidense, donde el pasado y la incertidumbre generan la sensación de no pertenecer a ningún lado.
La historia de Fern (Frances McDormand, también nominada a Actriz), de una viuda sin trabajo, quien abordo de una vieja camioneta emprende un viaje hacia ninguna parte, representa la crisis de este siglo: la falta de fe en el futuro.
Fern encarna la cultura nómada; también el estilo de la directora Zhao, con su peculiar enfoque que difumina la línea entre ficción y documental. Lo que exploró en Songs my brothers taught me (2015) y The rider (2017).
Zhao plasma en pantalla una intimidad que, al igual que en una pintura realista, destaca los rasgos de los personajes y sus emociones. Son figuras de una pasión actual; expulsadas del sueño americano e interpretadas por actores no profesionales.
La realizadora da cátedra de cómo hacer un filme introspectivo, con sensible fotografía de su colaborador habitual, Joshua James Richards. Explora el alma estadounidense con nómadas auténticos (en especial Linda May & Bob Wells) haciendo papeles sustanciales: enseñan a Fern cómo sobrevivir en el camino, con uno que otro truco.
Nomadland aborda un tema social que hace años no interesa a Hollywood; lo presenta de forma antiespectacular, pero ejecutado magistralmente. No es exagerado decir que estamos ante el filme del año.