El filme Ambulancen (2005, Laurits Munch-Petersen) propuso que la historia sucediera en tiempo real, o sea 80 minutos; en un espacio, una ambulancia; con cuatro personajes.
Esto lo recobra Michael Bay para su filme 15, Ambulancia (2022). Hasta cierto punto, Bay cambia reglas del asfixiante argumento original.
La esencia es igual: Danny (Jake Gyllenhall, intenso) involucra en un robo a su hermano Will (Yahya Abdul-Mateen II, aterrado) situación en la que también se ve enredada la paramédico Cam (Eiza González, férrea). Con estos elementos el cineasta construye una historia épica que se desarrolla al interior de un vehículo.
Bay regresa a lo que es cine puro: escaramuzas sin pausa, tensión dramática que crece, personajes bien delineados. Una súper producción de acción, género en el que es el director emblemático, tanto en aciertos (La roca) como en sus disparejos Transformers.
Acostumbrado a dilapidar presupuestos colosales en infinidad de trucos visuales, ahora trabaja con lo mínimo. Por eso destaca que le dé sicología consistente a los personajes y que llene de presión la historia.
Aunque Bay aplica sabiamente sus recursos de producción, sean explosiones, balaceras o recorridos de la ambulancia a todo lo que da, se apoya en lo esencial: su reparto.
Las actuaciones son infalibles; mantienen fresca la cinta. Interactúan las opciones morales de la desesperación social y la simple ética humana. Este dilema es presentado con la complejidad necesaria.
Por eso mismo, Ambulancia es de los mejores filmes de acción en años.