En Un día más para morir (2021), séptimo filme de Joe Carnahan, hábil director experto en policiales, se recurre a la idea central de Hechizo en el tiempo (1993, Harold Ramis), respetando sus términos: el mismo día se repite una y otra vez.
La propuesta es presentada con crueldad excesiva, porque el rudo oficial jubilado Roy Pulver (Frank Grillo) muere de espantosas maneras.
Roy no sabe cómo salir del bucle temporal en que lo puso Ventor (Mel Gibson).
El jefe en el nivel más alto de la corporación donde trabaja su examor de la vida Jemma (Naomi Watts), quien es fundamental para resolver el acertijo de la ingeniosa trama, donde Ventor tiene un poder increíble: reescribe a voluntad la historia.
El mejor efecto especial de la cinta es Grillo, actor secundario en plan de ser estrella. Grillo tiene el carisma y el alma que le falta al siempre tieso Jason Statham; mucho aprendió en sus 80 créditos, ya en teleseries, películas de segunda o tercera categoría, y una que otra súper producción donde fue el tosco inexpresivo, una mera presencia.
Grillo le da suficiente carácter al personaje para este largometraje que él, a sus 55 años, también coproduce.
Roy no sabe cómo salir del bucle temporal en que lo puso Ventor. Foto: HIGHLAND FILM GROUP
Por lo visto la idea no era hacer una obra maestra sino un filme que se toma el pelo a sí mismo y sus innumerables clichés presentados, a cada paso del argumento, con carcajadas.
Carnahan se decanta por una cinta que se burla de sus similares. Lo que es atractivo para el espectador aficionado a los géneros híbridos, esos que mezclan lo policial con la ciencia ficción, por ejemplo.
Destaca lo bien que maneja el medio tono entre película de acción y comedia de humor negro. Asimismo, son fuera de serie sus escenas tanto físicas, en combate cuerpo a cuerpo, como en las que exigen armamento; apela a lo exagerado para que Grillo cumpla dándole vida a tal violencia. Y para aligerarla emplea una eficaz ironía. De principio a fin es una producción entretenidísima.