En el regreso a cines la oferta es irregular. Se reciclaron pelis que funcionaban, se sumaron propuestas no muy interesantes, y se cancelaron novedades a último minuto para evitar el riesgo de que no tengan público.
La diezmada cartelera tendrá un estreno segundón por semana y alguno de gran espectáculo. Lo confirma Monster hunter: la cacería comienza (2020), filme 13 de Paul W. S. Anderson, con buena mano para cierta diversión en la que mezcla acción, aventura y abundantes referencias a videojuegos, que le redituó en la saga Resident Evil.
Basándose en otro juego, hace un show para dos personajes. La ruda capitana Artemis (Milla Jovovich, esposa y musa del director) y el indescifrable Cazador (Tony Jaa), atrapados en un mundo alternativo.
Como en filmes similares, Artemis avanza niveles, encuentra objetos que la auxilian, pierde y conoce amigos y aliados, y se la rifa a muerte en diversas batallas contra ostentosos dragones y otros monstruos.
Anderson mantiene buena tensión en la primera hora. La endeble lógica de su relato funciona. La acción es mesurada, los efectos notables, incluso hay algo de gran cine poético al recorrer el territorio que es sol u oscuridad, arena o piedra. Iba bien. Pero mete la pata en grande en el tramo final.
Resuelve la cinta con escenas ultra convencionales, gratuitas; sus excesos rompen la lógica al incluir inesperados personajes, tránsfugas de Parque Jurásico y Mario Bros, con gato enorme de ridículo peluche como ¡cocinero! La avidez por crear otra franquicia lleva a Monster hunter a un callejón sin salida.
Es natural que superproducciones como ésta enciendan la cartelera en lo que llegan otras de mayor calado.
Artemis (Milla Jovovich) vive en un mundo alternativo. Foto: SONY PICTURES