El tercer filme escrito, producido y dirigido por Jordan Peele, ¡Nop! (2022) mezcla con eficacia ciencia ficción y terror.
Los hermanos Heywood, OJ (Daniel Kaluuya), y Emerald (Keke Palmer), son herederos del rancho donde Eadweard Muybridge hizo una de sus pioneras cronofotografías con el tatarabuelo Heywood de jinete.
Refiriéndose a este antecedente del cine, Peele crea una cinta híbrida, multinivel, que revisa la historia de las imágenes en movimiento, y que preserva valores de la cultura afroamericana.
En algún momento alude posmodernamente al género vaquero, haciendo una suerte de homenaje a Sidney Poitier y el legendario largometraje que dirigió, Odio en las praderas (1972), considerado western pionero con vaqueros negros.
Sugería de esta manera un rumbo muy actual a seguir. Pero toma otro, extrañísimo: casi de forma natural se vuelve de ovnis al estilo del clásico El día que paralizaron la Tierra (1951).
Peele agrega capas, relatos, pistas que aluden a esto o aquello para mantener al público en ascuas, inmerso en una circunstancia donde lo estrambótico está a la orden del día.
Por ello, cada subtrama, con el vendedor Ángel Torres (Brandon Perea) y el cineasta Holst (Michael Winicott), o el exniño prodigio de la tv, Ricky Park (Steven Yeun), completan el desconcertante mosaico del argumento.
Peele contó con generoso presupuesto para volver a éste el primer filme de horror hecho con cámaras IMAX, que quedaron en manos del fotógrafo Hoyte van Hoytema, quien consigue algo visualmente complejo.
¡Nop! es una extraña joya que, por su intensa espectacularidad y suspenso, no permite desprender la mirada de la pantalla.