Para Walt Disney, las atracciones de sus parques de diversiones debían tener una narrativa. No las pensó para niños, sino para que cualquiera las disfrutara como si fuera una aventura real. Por eso Piratas del Caribe pudo pasar al cine. Toca el turno a Jungle cruise, noveno filme de Jaume Collet-Serra.
La historia, escrita por Glenn Ficarra y John Requa, sigue el esquema de la atracción homónima. O sea, cuenta cómo Lily Houghton (Emily Blunt) se interna por un impenetrable e inexplorada jungla abordo del viejo barco que comanda Frank Wolff (Dwayne Johnson).
Hay peligrosos animales y otros aventureros de miedo, más un elemento inexplicable: algo en la naturaleza que cambiaría la historia de la medicina.
Collet-Serra, que ha hecho de todo en el terreno del terror y la violencia, con destacada presencia en la serie The river (2012), que produjera el creador de Actividad Paranormal, Oren Peli, rinde homenaje en este Jungle Cruise a Indiana, o mejor, Lily Jones en Los cazadores del árbol místico perdido (1981), a La reina africana (1951) y a Medicine man (1992). Y The river, claro.
Es una película que recuerda esas aventuras exóticas del cine estilo 1930, en esa realidad ajena a la tecnología con personajes más grandes que la vida. Lo que es ideal para los dos carismáticos protagonistas que aportan la dinámica de la acción y parte de la comedia. A ellos se suma el singular hermano de Lily, MacGregor (Jack Whitehall), que complementa la trama infestada de villanos de todo calibre, desde fantásticos hasta humanos, con el nazi de rigor, recorriendo una naturaleza agreste.
Collet-Serra hace una película visualmente colmada de energía. La dirige con eficaz emoción y cámara acrobática a cargo de Flavio Martínez Labiano; captura sin pausa este viaje que, jugando con el suspenso, nunca pierde de vista que sólo es entretenimiento puro. Cocinado y servido con toda calidad en espera de fundar otra exitosa franquicia.