En la dilatada carrera del astro en artes marciales cinematográficas, Jackie Chan, se combinan dos géneros: acción y comedia.
Agentes Vanguard (2020), filme 13 de Stanley Tong —quien marcó a Chan al hacer con él, en los 80 y 90, una cadena de taquillazos—, trata de una empresa de seguridad. Encabezada por Tang (Chan, de eterno traje azul), Vanguard son guaruras con conciencia social y ética laboral. Tienen una misión: salvar a la bella Fareeda (Ruohan Xu) y a su padre Qin (Jackson Lou) de las garras de un malandro musulmán.
La trama inicia en Londres durante las celebraciones del año nuevo chino 2020. Recorre la mitad del mundo a lo largo de un forzado lapso. Acaba en Dubai. ¡Y ahí, qué imperialista, sigue celebrándose el año nuevo chino!
Chan es un prejubilado héroe de acción, aún de ágiles reflejos, que ya no se arriesga. Quienes conforman su equipo, los coprotagonistas Yang Yang, Lun Ai y la modelo Qimiya Mu, interpretan lo rudo de la actuación física.
Tong apuesta por un coctel visual pensado para historieta antes que para cine. Emprendiendo recorridos turísticos de cada lugar, usa deslumbrantes colores, un folclorismo chino de galleta de la suerte, trancazos y balaceras a granel, persecuciones acuáticas o en auto (incluidos unos fabricados en ¡oro!), y hasta animales salvajes (digitales, hechos con tecnología ganso: de cuarta, o pirata). Escaso humor (ningún chiste sirve). No se busque, pues, profundidad.
Chan es aún el mejor efecto especial haciendo acrobacias, nostálgico de sus mejores tiempos. Brilla lo suficiente para preservar el interés en esta historia que se deja ver gracias al hábil manejo de cámara del fotógrafo Chi-Wah Lee y su equipo técnico, que le dan gran dinamismo a la cinta.
Agentes Vanguard es pura diversión; funciona, en línea, como montaña rusa donde importa sentir que se vive un trayecto espectacular para disfrutar palomitas hechas en casa.