Los universos creados por el cómic tienen para dar y regalar. Es idóneo volverlos película. O serie de tv.

Alan Moore, autor de Watchmen (1986-87), reniega de las adaptaciones de sus novelas gráficas. Es difícil traducir una narrativa estática a imágenes en movimiento.

Swamp thing (2019), escrita por Gary Dauberman & Mark Verheiden, destaca.

Se basa en el cómic de Len Wein y Bernie Wrightson de 1971; filmado como El monstruo del pantano (1982, Wes Craven), un festival de lo barato con nulos efectos especiales y maquillaje tipo botarga que despertaban más carcajadas que terror. Parecía imposible adaptarlo de nuevo, menos tras la manita de gato que Alan Moore le dio entre 1984 y 1987.

La nueva serie involucra mucho talento, empezando por el productor James Wan y los productores-directores Len Wiseman & Deran Sarafian, buenos para la acción violenta que requería.

Su mejor idea es hacerla película. Una que dura ocho horas seis minutos. La trama asimila cada variación histórica del cómic; avanza en cada episodio, lleno de suspenso, dando giros inesperados. Se refiere a qué significa destruir lo que existe para crear otra realidad. Aquí, de pesadilla. Inexplicable que la cancelaran faltando tres episodios, en el 10 —titulado “Cabos sueltos”—, con varios clímax que evitan conocer el final original sobre la “cosa”.

Swamp thing aborda cómo se atenta contra la naturaleza, con proyectos absurdos. Es la intensa, notable crónica de cómo queriendo expoliar recursos próximos a agotarse o que exigen cambiar a una política de limpieza, de ser y dejar ser, la naturaleza se defiende de un virus, los humanos, provocando una “gripe verde”. Cuenta por qué surge una epidemia. Más actual, imposible.

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