El género de zombis, respondiendo a necesidades específicas de su sociedad, cambiará o desaparecerá: la realidad ya superó sus metáforas sobre el miedo a lo atómico, el comunismo y las pandemias.

Desde La noche de los muertos vivientes (1968, George Romero), título fundacional del género tal cual se conoce hasta hoy, los zombis encarnaron todas las crueldades que acabarían con la sociedad. Series de tv y sinfín de cintas lo llevaron al punto sin retorno en que está.

El conductor (2019), sexto filme del tailandés Wych Kaosayananda —que fracasó en Hollywood con el incoherente Ballistic: Ecks vs. Sever (2002) y le costó reinventarse—, podría ser la última cinta de zombis hecha al estilo que ha dominado los últimos 35 años.

La historia escrita y fotografiada por Kaosayananda es sencilla. En una sociedad primitiva —que se sostiene con reglas de convivencia mínimas y un sentido de justicia populista, impuesta por un líder que decide qué hacer—, acechan los zombis. También humanos renegados.

El conductor (Mark Dacascos, astro hawaiano de artes marciales que le entra a churros y películas vanguardistas), a bordo del único efecto especial en la película (un impecable BMW), con su tierna hijita Bree (Noelani Dacascos en plan de pasar tiempo de calidad con su papá Mark), huye en pos de un utópico reducto de civilización por carreteras infestadas de zombis y fauna diversa.

La película no es una simple fuga sino un manual de convivencia y de sobrevivencia. El auto es hogar, sala de entrenamiento militar, cómoda ventana para ver el Apocalipsis, y la apuesta a que existe un futuro.

La densidad política propuesta (una revuelta absurda entre humanos) es desplazada para replantear las variaciones del horror zombi con la solidaridad que encuentran padre e hija en el trayecto, primero entre ellos, luego con la aparición de Sylvia (Milena Gorum) y Rose (Alice Tantayanon), protagonistas de una especie de secuela de este filme, Dead Earth / Two of us (2020, Kaosayananda).

Ambas producciones conforman un interesante díptico que concisamente resume lo que el género fue y lo que será. Al parecer el futuro es femenino. Buen final para el ya agotado género zombi.

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