Cielo despejado… en la carpa de Toluca. Avizorados con contundencia desde el lunes a escala planetaria y agravados aquí por la mala gestión del gobierno, apenas asoman en nuestra agenda pública los peores presagios económicos que sacuden al mundo, con graves efectos en las economías nacionales y con su impacto severo, en nuestro caso, en el mayor deterioro de las condiciones de vida de los mexicanos. Es la ‘magia’ de un sistema dominante de comunicación del poder que marca la ruta de evasión de nuestras conversaciones a una carpa instalada en Toluca con telón de fondo de cielo despejado. El espectáculo: un ‘aplausómetro’ para medir quién es el consentido o la consentida de la concurrencia entre los tres consentidos del presidente para constreñir las opciones de su eventual sucesión y de la casi determinante gubernatura del Edomex. Él ya decidió por sus opciones. De hecho, seguro piensa que los signos ominosos de la economía mundial y nacional le vendrán como otro anillo al dedo, quizás para aprovechar la incertidumbre y a partir de ella falsificar en su favor los hechos y sus causas, como de costumbre. Como anillo al dedo, en efecto, le vendría al presidente el probable estallido de una crisis económica internacional para avanzar su proyecto de marginación de la economía de mercado y de expansión de la economía estatal, compartida con los magnates privados de la economía pro monopólica: rentista, subsidiaria y dependiente de los negocios y contratos con el gobierno. Ellos no pierden. A cambio, se someten.
Sequía en los tiempos del señor. El norte del país muere de sed en medio de una sequía sin precedentes, mucha gente no tiene agua para beber ni para la higiene elemental, el ganado muere de deshidratación. Pero nada de esto es tema de conversación pública en la capital, como sí lo es el llamado toluqueño de un preseleccionado ‘a la grande’ a respetar “los tiempos del señor” rumbo al lejano anuncio del favorito entre los favoritos. E incluso llegado el momento de no poder tapar más con un dedo mañanero la crisis a la vista, la ansiedad, la angustia, el temor por la caída de los empleos, los precios fuera de alcance de productos básicos y la escasez, pueden también asegurarle ese nuevo anillo al dedo presidencial con cargo a los grupos de la población más necesitados. Se cumpliría así el propósito central de los ‘programas sociales’: hacer que la recepción por gran parte de la población, de dinero en efectivo, se asuma a cambio del apoyo electoral al proyecto más desorbitado de concentración personal de poder y perpetuación del dominio, desde la dictadura de Porfirio Díaz.
Unidad fallida, ilegalidad consumada. A la función distractora del tema sucesorio se unen otros propósitos y una trasgresión monumental a la legalidad electoral, iniciada con la inconstitucional campaña del régimen en el proceso de revocación, y continuada ahora para adulterar también los procesos de 2023 y 2024: el de la elección presidencial que definirá si sobrevive o se interrumpe el sistema democrático. Como señal anunciada de unidad, la función resultó fallida. Como afirmación de los dos prospectos más allegados al presidente, fue un fracaso, no obstante haber sido situados en el centro del presídium. Resultaron opacados por la mediocridad de sus mensajes, por el reflector atraído al extremo de la mesa, desde donde Ebrard pedía piso parejo, y por los dolidos, interpelantes micrófonos del excluido Monreal.
Anticipo. Como ilegal acto anticipado de campaña, lo ocurrido en Toluca fue también un acto anticipatorio de unas elecciones de 2023 y 2024 que, antes de iniciados los procesos, ya aparecen sujetas a judicialización, nacional e internacional.
Pedreriana. ¿País de un solo hombre y de un solo partido? Aún no. ¿Partido de un solo hombre? Sí.
Profesor de Derecho de la Información. UNAM