El martes pasado, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) despenalizó el aborto en todo el país. No soy el primero en subrayar esta victoria histórica, pero, en una semana tan abarrotada de temas político-electorales, no sobra enfatizarla, hacer lo posible para que no pase desapercibida. Se trata de una victoria fundamental en la libertad de las mujeres. Una victoria política, sí, pero ciudadana, colectiva. De ahí que se refiera a quienes luchan por estos derechos una “marea verde”.

Quienes han estado y continúan luchando en trincheras institucionales, virtuales y en las calles, no necesitan una nota como ésta porque llevan empujando las cuerdas del mundo para que un día como el del martes en un sistema judicial como el de México suceda. Más allá de celebrar su valentía e inteligencia, esta nota no trata de hablarle a una audiencia no sólo informada y convencida sino responsable de esta victoria.

Así, pese al riesgo de sonar obvio y redundante, decido ocupar este espacio para entender qué significa una decisión como la del martes. De entrada, significa que ninguna persona puede ser castigada por abortar y ninguna integrante del personal de salud puede ser castigada por practicar un aborto. En un país donde el aborto ha sido estigmatizado por tanto tiempo, la certeza jurídica que resulta de esta decisión es inmensa, y mejorará el camino y carga emocional de las personas que decidan realizarlo.

La decisión de la SCJN también tiene implicaciones organizacionales y de servicios. Implica que las instituciones públicas de salud estarán obligadas a ofrecer el servicio de forma gratuita y a garantizar que cuentan con el equipo y personal para practicar abortos. Ciertamente, esta decisión es un paso firme en una serie de victorias y pugnas por garantizar libertades reproductivas. Distintas entidades federativas ya habían dado pasos en esta dirección, pero la decisión de la SCJN de esta semana tiene, además de los efectos normativos o judiciales, un fuerte componente simbólico que, ojalá, se traducirá en poco tiempo en normalizar una decisión individual de salud.

En una semana tan atiborrada de una parte de la política que se ha alejado tanto de la ciudadanía, la marea verde lo inunda todo con ese ímpetu de la democracia bien entendida, que va mucho más allá de partidos y contiendas electorales. Una victoria política de verdad.

@elpepesanchez

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