Los acontecimientos de los últimos años —entre los que destaca la pandemia Covid-19— han provocado cambios profundos en el mundo. Cambios profundos porque no solo se refieren a aspectos de carácter evidente, como el desarrollo tecnológico o el comportamiento de la economía, sino que van al fondo de la persona.

Al parecer, no se trata de cambios evolutivos en el que nuestra forma mentis se mantiene, adaptándose a nuevas circunstancias, sino que se puede tratar de una nueva manera de pensar y entender la realidad, un cambio de paradigma.

Las personas no solemos ser conscientes de nuestros cambios paradigmáticos. Nos hacemos conscientes cuando de manera objetiva podemos contrastar lo que somos contra lo que éramos. Así nos ocurre, por ejemplo, cuando vemos una fotografía donde nos comparamos contra nuestro pasado o cuando volvemos a visitar aquel parque al que solíamos ir a jugar en la infancia y que parece ahora tener distintas dimensiones.

Desde el punto de vista personal, conforme crecemos, vemos la realidad de manera distinta. Como bien decía Oscar Wilde: “Disculpe, no lo había reconocido, he cambiado mucho”. Desde el punto de vista social, en determinados momentos de la historia, sucede algo similar, la visión paradigmática de la realidad varía.

Así como nosotros no podemos llegar a entender algunas costumbres romanas como la esclavitud o el espectáculo humano en el circo, probablemente cada vez menos se va a entender la forma en como vivíamos hasta febrero del 2020.

Desde finales de la década de 1980 el mundo venía viviendo un entorno inédito e incierto, denominado en algunos estudios como VICA por sus siglas: volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad.

El momento VICA no se parece a ningún otro que hayamos visto antes. No estamos preparados para él. La psiqué humana no está diseñada para vivir en un ambiente de continua volatilidad e incertidumbre. De allí, que el estrés característico de este tiempo haya derivado en el crecimiento exponencial de enfermedades mentales. De acuerdo con un estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud en 2018, las principales causas de discapacidad laboral para el 2020 en economías emergentes serían la ansiedad y la depresión.

En esas condiciones apareció la pandemia Covid-19. El impacto de esta en el entorno VICA fue de tal dimensión que algunos estudios plantean su desaparición para dar lugar al nuevo entorno FANI por sus siglas: fragilidad, ansiedad, no linealidad e incomprensibilidad. En un influyente artículo titulado Frente al caos y publicado en abril de 2021, James Cascio, del Instituto para el Futuro plantea precisamente esta profunda transformación del entorno.

Distintos factores indican que la dimensión de esta transformación puede dar lugar a un cambio de época histórica, una nueva manera de comprender la realidad, de pensar y de ser. Ya desde el inicio del momento VICA, a finales de la década de 1980, algunos pensadores planteaban la posible terminación de la era moderna que estaría dando paso a otra sin nombre propio: la posmodernidad, o sea lo que sigue después de la modernidad.

Hoy, los acontecimientos han tomado rutas que hasta hace poco no imaginables, rutas que al parecer nos están llevando a una nueva realidad.

¿Qué nos espera en esa nueva realidad? es una pregunta fundamental en este momento. Por ello, este artículo y los siguientes los estaremos dedicando a aproximar lo que puede ser nuestro futuro próximo.

Presidente de la Junta de Gobierno de la Universidad Panamericana-IPADE

Google News

TEMAS RELACIONADOS