En columnas anteriores hemos venido comentando que en la actualidad se vienen registrando cambios profundos que nos están llevando a un verdadero cambio de época histórica que podríamos definir como de la Artificialidad. Los cambios de época se dan no por cambios de carácter exógeno, sino que se dan por un cambio en nosotros mismos: en nuestros paradigmas, en nuestra percepción del mundo y nuestros valores. En los últimos 35 años hemos cambiado más que en los anteriores 300.
Los cambios de percepción y de valores en los últimos años están asociados a la intensa convivencia con pantallas, de allí, por ejemplo, la percepción de que el tiempo pasa más rápido que antes, la confusión entre la realidad y el mundo digital o el debilitamiento de la identidad.
Para entender la profundidad del momento que nos está tocando atestiguar, podríamos decir que desde que existe el ser humano en el planeta se han vivido cuatro grandes épocas: la Prehistoria, la Antigüedad, la Edad Media y la Modernidad. Esto quiere decir que nos estamos aproximando al quinto cambio de época histórica. Son muy pocas las generaciones que ha atestiguado un cambio de época. Normalmente quienes los viven no son conscientes de ello —aunque los sufren—, la valoración viene con la perspectiva del paso del tiempo.
Como todo cambio o transición, el cambio de época actual ha generado una serie de crisis de carácter antropológico que se reflejan posteriormente en las relaciones sociales y políticas. De allí la etapa de tanta incertidumbre que estamos atravesando en la que no alcanzamos a comprender lo que está ocurriendo.
De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia, la palabra crisis se define como Cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados.
Las grandes crisis antropológicas derivadas del paso de la Modernidad hacia la Artificialidad son ocho y nos están afectando profundamente: de soledad, de identidad, de atención, de sentido, de esperanza, de ética, de confianza y de odio. Cada una de ellas explica la circunstancia de fondo que estamos viviendo, cada una explica algunos de los fenómenos que vemos en la sociedad actual como el crecimiento de la decepción en los sistemas políticos, la polarización y el aumento de la violencia y la falta de rumbo.
En siguientes participaciones explicaremos cada una de ellas para comprenderlas en profundidad e intentaremos hacer algunas aportaciones de posibles salidas -en líneas generales- esperando puedan ser de utilidad para los lectores. Más allá de concientizar sobre su existencia (son crisis que sufrimos, pero que no racionalizamos), de lo que se trata es que puedan encontrar algunas respuestas aplicables en su propia vida. Esperamos sea de la mayor utilidad para todos.
Presidente de la Junta de Gobierno de la Universidad Panamericana-IPADE