En su clásica colección de ensayos La Rebelión de las Masas, José Ortega y Gasset señalaba a principios del siglo XX que la estructura social europea había sufrido una profunda transformación ya que los lugares antes reservados a ciertas minorías selectas, con un mayor grado de cultura empezaban a ser ocupados por grandes aglomeraciones. Entre las causas del fenómeno de las aglomeraciones destaca la migración a las grandes ciudades, consecuencia de la revolución industrial.

Sin embargo, la migración a las grandes ciudades no explicaba por sí misma el fenómeno de las grandes aglomeraciones en los teatros, los cafés y otros lugares antes reservados para personas con mayor nivel de cultura. En ese sentido, Ortega refiere un cambio no solamente accidental (el hecho de las aglomeraciones), sino actitudinal (el modo de acercamiento a la cultura).

En un análisis más profundo Ortega y Gasset concluye la emergencia de un nuevo hombre: el hombre masa que se distingue por tener rasgos específicos y no tanto por formar de manera accidental la nueva aglomeración. El hombre masa para Ortega es aquel que se siente totalmente satisfecho con lo que es, el que no se exige a sí mismo.

En ese sentido Ortega señala “(…) Esto me recuerda que el budismo ortodoxo se compone de dos religiones distintas: una, más rigurosa y difícil; otra, más laxa y trivial: el Mahayana —«gran vehículo» o «gran carril»—, el Himayona —«pequeño vehículo», «camino menor»—. Lo decisivo es si ponemos nuestra vida a uno u otro vehículo, a un máximo de exigencias o a un mínimo (…)”.

La democracia es el gobierno que depende de la participación, de la corresponsabilidad en lo público por parte de todos los ciudadanos.

En expresiones más recientes el republicanismo es la corriente que intenta enfrentar los grandes problemas a través de la idea de la necesaria participación ciudadana en el espacio público. Igualmente el comunitarismo que ha sido una corriente que ha adquirido fuerza durante los últimos años sostiene la participación ciudadana en la pequeña comunidad, la célula social como fundamento de todo el orden político.

En una democracia que no ha terminado de tener los resultados éstas han sido algunas de las soluciones más serias que sea construido punto de vista teórico. Ambas soluciones pasan por la ciudadanización de la sociedad, esto es por convertir en verdaderos ciudadanos participativos a los actores ordinarios del orden político.

Rector de la UP/IPADE

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