¿Por qué algunas personas triunfan en la vida y otras no?, más aún: ¿por qué algunas personas que parecen tener todo a su favor, posición económica, estudios, etc. experimentan vidas mediocres, mientras que otras que tuvieron que crecer en medio de dificultades, que parecían tener todo en contra, triunfan? Esta es una pregunta que hace años se hizo la psicóloga Angela Duckworth.

En su investigación de campo, pasando por distintos grupos, desde niños hasta militares que pasan pruebas de alto rendimiento en West Point encontró que las personas que triunfan en la vida son las que tienen una característica en común: el denominado GRIT, una mezcla de pasión y perseverancia. Al descubrimiento de esta cualidad psíquica publicó un libro que lleva precisamente ese título: GRIT, el poder de la pasión y la perseverancia. Recomendable para lectura propia y difusión.

El GRIT es una cualidad que se puede medir y se puede desarrollar. Enfocar en esa línea los modelos educativos hace sentido, sobre todo cuando vivimos en un mundo que no tenemos idea de cómo será dentro de 20 o 30 años: ¿hasta dónde llegará la inteligencia artificial?, ¿qué profesiones tenderán a desaparecer y cuáles emergerán? Cualquier cosa que enseñemos el día de hoy no sabemos qué impacto tendrá, sin embargo, de lo que podemos estar seguros, es de que la capacidad de adaptación a los cambios, la pasión para estar abiertos a ellos y la perseverancia para llevar adelante metas, a pesar de las dificultades, van a ser necesarias.

En últimas fechas existe mayor conciencia de la capacidad predictiva del rendimiento de los alumnos por su nivel de GRIT, que es más asertivo que el de IQ (coeficiente intelectual). Los alumnos con mayor rendimiento no son los más inteligentes, sino los que tienen un GRIT más elevado.

El Informe Pisa, la prueba de desempeño académico de niños y adolescentes más conocida a nivel mundial, comienza a reconocer no solo a los estudiantes con mejores resultados, sino también a los que destacan por su capacidad de superación. Andreas Scheicher, artífice del informe aludido plantea esta idea en su libro Primera clase.

Si hoy existe una crisis generalizada en el mundo es la de la falta de ánimo para enfrentar los retos. Algunos la han llamado futurofobia. Igualmente, la pérdida de productividad por ansiedad y depresión es un problema que afecta a distintas industrias. La crisis -en el fondo- se debe a una cultura que ha olvidado el GRIT.

Por ello, es esencial recuperar el GRIT. Toni Nadal, tío y entrenador de Rafa Nadal, revelaba en distintos foros cómo el triunfo del tenista no se debía tanto a su talento, sino a su capacidad de aguante. Como él, existen innumerables ejemplos de personas en todos los ámbitos de la vida que han destacado no por tener cualidades extraordinarias, sino por su determinación y perseverancia.

Los gritties, es decir aquellos que se apasionan y son perseverantes, suelen desarrollar aspectos de la personalidad necesarios para una vida lograda: son más productivos, constantes, responsables y optimistas. Para cualquier meta que se propongan o reto que se les presente tienen mayores capacidades. Enfocar los sistemas educativos en desarrollar el GRIT es una de las mejores apuestas de futuro que podemos hacer.

Presidente de la Junta de Gobierno de la Universidad Panamericana-IPADE

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