El proceso del Frente Amplio por México sigue adelante, no sin tropiezos y resbalones, pero continúa. Al primer corte de las firmas sólo Xóchitl Gálvez había conseguido las necesarias para quedar registrada. De no lograr los demás esas firmas, quedaría como candidata única, perdiéndose las ventajas del proceso mismo tal y como fue planeado y pactado entre organismos de la sociedad civil y los partidos coaligados.

De hecho, cuando ella lanzó su candidatura y se generó el fenómeno de un apoyo ciudadano muy amplio (que no fue conjura de las élites, sino respaldo espontáneo), algunos plantearon la conveniencia de que los demás aspirantes se bajaran y dejaran a Xóchitl como candidata única, ante lo cual ella misma declaró: “No se deben bajar, debemos hacer nuestra lucha cada uno… Lo lógico es que sigamos en esta contienda. Todo mundo tiene derecho a tener una aspiración legítima… Sí reconozco que he remontado en las encuestas, pero yo sí quiero llegar hasta al final, el día de la elección, donde sean los ciudadanos los que decidan con su voto quien debe encabezar el Frente”.

Con todo, cuando en los días pasados se anunció que ya eran varios los aspirantes que habían conseguido de manera súbita las firmas necesarias, ella expresó su sospecha de que algo andaba mal. A mi entender, tal explosión se debió a dos causas que no implican irregularidad ni trampa; el primero fue que los partidos movilizaron a sus respectivas bases, cosa que no habían hecho, para permitir que sus respectivos candidatos continuaran en la contienda. Así estaba previsto pues sería absurdo pedirle a los partidos una primaria directa donde sólo los ciudadanos no partidistas pudieran participar. Pero las firmas no necesariamente equivalen al voto que será emitido el 3 de septiembre. Se trata de que las mejores piezas de cada partido continúen hasta al final.

Puedo adelantar que tanto los dirigentes priistas como los panistas prefieren ganar con alguien que quizá no sea su favorito, que perder con quien sientan más cercano. Si quien tenga más apoyo resulta ser Xóchitl, no creo que las dirigencias busquen frenarla, sino que, una vez concluida esta fase, le darán su franco apoyo.

La otra razón de la explosión de las firmas fue que el Comité Organizador amplió el formato para que ciudadanos que no podían inscribirse vía electrónica (por vivir en lugares sin internet), pudieran hacerlo a través de los promotores reconocidos por el Comité. Fue una medida inclusiva y planeada, no una trampa, tanto por una cuestión del derecho a participar como para precisamente que más ciudadanos puedan hacerlo en septiembre; mientras más votos haya en esa consulta más legitimidad tendrá el Frente y, sobre todo, su futuro candidato(a).

Creo que a los aspirantes del FAM les conviene consultar internamente las dudas o inconformidades que surjan durante lo que resta del proceso, sea directamente con el Comité Organizador o con el Movimiento de Acompañamiento Cívico (MAC) que fue dado a conocer ayer, formado por ciudadanos apartidistas que han sido observadores electorales y activistas en derechos y participación política. El MAC fue una propuesta de los organismos cívicos y aceptada por los partidos para contribuir a vigilar que el proceso se lleve a cabo conforme a lo planeado, y servir de interlocutor entre los aspirantes, los partidos y los miembros del Comité Organizador, tanto para aclarar dudas como para corregir, en su caso, eventuales errores.

Desautorizar el proceso y publicitar las inconformidades que pueden ser resueltas internamente daña al propio Frente y otorga municiones a Morena y sus voceros para poner en duda la equidad y transparencia del ejercicio. Un proceso que no tiene precedente y puede sentar un avance democrático dentro de los propios partidos.

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