Sin lugar a dudas el movimiento encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas (y otros como Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez), fue un parteaguas histórico. La formación de la Corriente Democrática en 1986, su ruptura con el PRI en 1987, y la candidatura del Ingeniero en 1988 tuvieron profundos efectos sobre el régimen hegemónico. El ingeniero enfrentó al gobierno y lanzó su candidatura por fuera del PRI, cosa que no sucedía desde 1952. Rompió una regla no escrita de disciplina vertical que se había consolidado en 1958, cuando ya no hubo ruptura.
El desafío de Cárdenas y el fraude al que orilló al PRI para preservar la presidencia, fue un duro golpe a la legitimidad del régimen y de Carlos Salinas, el ganador oficial. Al grado en que éstos se vieron obligados a iniciar una apertura, limitada al principio, pero real, que llevó a una transformación del régimen en uno de pluripartidismo con democracia electoral (la verdadera 4 Transformación de la historia)). Del Frente Democrático Nacional (FDN) junto con varios partidos y grupos de izquierda nació el PRD, cuya bandera era también la democracia política (además de proyectos sociales), y ayudó con el PAN y la sociedad civil a transformar el sistema electoral. No se trataba de un mero discurso, sino de hechos que dieron frutos concretos.
Al perder Cárdenas la elección de 2000, al tiempo que ganaba la capital Andrés Manuel López Obrador, éste se fue haciendo del liderazgo del PRD desplazando al ingeniero gradual pero completamente. Y desde esa posición, AMLO consiguió todo para ser el líder indiscutible del movimiento y su candidato permanente, hasta que obtuvo el triunfo en 2018 (en contraste con 1988). Pero una vez en el poder, AMLO ha aplicado una regresión política, claramente contraria a la bandera del FDN y del PRD. En otras palabras, ha desvirtuado esa parte esencial del movimiento nacido en 1986-87.
Cuando supe hace un año del grupo convocado por Dante Delgado para presentar un proyecto alterno de nación, y que Cárdenas era parte de él, supuse que sería una oportunidad para él de reivindicar su proyecto original frente a las distorsiones que AMLO le ha hecho. Todos sabían que dicho proyecto fue convocado por Movimiento Ciudadano, que su contenido sería una crítica implícita al actual gobierno y que por tanto, cuando se diera a conocer, podía suponerse que AMLO arremetería contra el ingeniero, acusándolo de someterse al conservadurismo.
Y pensé que ese sería el momento de Cárdenas para reivindicar su movimiento histórico, y respondiéndole al tabasqueño que fue él quien desvirtuó el ideal democrático del FDN. Y que en realidad quienes hoy gobiernan fueron quienes le arrebataron su triunfo en 1988 (Bartlett, para empezar y el propio AMLO, quien estando aún en el PRI neoliberal nada dijo sobre el fraude).
Pudo haber dicho también el ingeniero que se equivocó al impulsar a López Obrador, pensando que se trataba de un auténtico demócrata, cuando hoy queda plenamente demostrado que era justo lo contrario. Y que si se trata de tomar definiciones sin ambages (lo cual es típico de regímenes autoritarios y no de la democracia), entonces tomaba el lado de la democracia frente a la autocracia bolivariana en marcha.
Eso hubiera puesto a la figura de Cárdenas muy en alto entre quienes asumimos hoy la defensa de la amenazada democracia electoral. Pero no fue así. Peor aún, ante el reproche de AMLO, Cárdenas fingió haber sido sorprendido por #Méxicolectivo y, casi casi ofrece disculpas al presidente por su ‘descuido’. Con lo cual en lugar de reivindicar su proyecto original, confirmó la validez del obradorismo, siendo una tergiversación de los valores y metas del FDN de 1988. Cárdenas. quedó mal con tirios y troyanos. Gran oportunidad perdida.